Tres días ha tardado Spanair en concretar su abrupto desenlace. Ayer, después de un fin de semana sin actividad, la compañía presentó ante los Juzgados de Barcelona un concurso voluntario de acreedores con una deuda de 474 millones de euros. Esta complicada situación la sufrirán, muy especialmente, los más de 2.000 trabajadores directos que integran la aerolínea. Todos ellos perderán su empleo esta misma semana, cuando se haga oficial el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que la empresa prepara para la totalidad de la plantilla.
Los problemas económicos de la compañía venían de lejos, pero el aparente interés de Qatar Airways en financiar su proyecto supuso que los directivos «decidieran aguantar» unos meses más.
Sin embargo, la delicada situación de Spanair hizo que la empresa qatarí diera un paso atrás. «Que Qatar se retiraba se nos comunicó el viernes, pero lo más importante fue que los accionistas, la Generalitat de Cataluña entre ellos, decidieron no aportar más dinero, y fue entonces cuando tuvimos que tomar decisiones», explicó el presidente de la empresa, Ferran Soriano.
Sin inversores externos y sin apenas liquidez, la firma se vio obligada a un cierre precipitado que dejó a los empleados con su futuro en el aire. De momento, los asalariados directos han recibido un adelanto de 1.000 euros correspondientes a la nómina de enero.
La explicación de lo que estaba ocurriendo la recibieron en la mañana de ayer, cuando la dirección les reunión en la sede de la compañía. Allí, se habló de un ERE inminente para toda la plantilla.
Por otra parte, el PSOE exigió a la ministra de Fomento, Ana Pator, que dé explicaciones sobres su gestión en el sector aéreo español que ha puesto «patas arribas» en solo tres semanas.
Por otro lado, Vueling se disparó en Bolsa más de un 25% a lo largo de la mañana ante la posibilidad de ver mejorado su negocio tras la suspensión de las operaciones de Spnair.
