La persistencia de la incertidumbre política en Cataluña a raíz de la celebración del referéndum ilegal del pasado 1 de octubre continúa siendo el “principal riesgo” para la banca española, según la agencia de calificación Standard & Poor’s (S&P), que, no obstante, espera una mejora en el ‘rating’ de las entidades gracias a un entorno económico favorable y a la reactivación del mercado inmobiliario, factores que contribuirán a mejorar el balance de los bancos.
En un informe, la calificadora de crédito apunta que el panorama para la nota de solvencia de la banca española goza de un “buen aspecto” y recuerda que trece de las 15 entidades españolas que evalúa cuentan con una perspectiva ‘positiva’, lo que supone que S&P considerará subidas de la calificación durante el transcurso del ejercicio.
En este escenario ‘positivo’, la incertidumbre política en Cataluña representa “el principal riesgo” para las entidades. “El escenario resultante de las elecciones no fue radicalmente distinto al que ya existía. Estamos a la espera de que se forme un Gobierno para tener visibilidad sobre la política que va a llevar”, señala Elena Iparraguirre, autora del informe.
En esta línea, explica que, a pesar de que la incertidumbre en la región no ha llevado a la agencia a “replantearse” las posibilidades de subida, sigue suponiendo la principal amenaza para el sector ante el riesgo de que el escenario actual se prolongue en el tiempo, terminando por afectar a los niveles de confianza tanto de consumidores como de empresas. “La preocupación es que la situación de incertidumbre se prolongue y afecte a los indicadores de confianza y al crecimiento de España”, indica la analista de la agencia.
Por otra parte, S&P prevé que el volumen de activos problemáticos de la banca española se mantenga en niveles “muy elevados” al cierre de 2018 si solo se reducen de forma orgánica, por lo que ha instado a las entidades a desinvertir mediante operaciones similares a las que ejecutaron Santander y BBVA, con Blackstone y Cerberus, respectivamente, en el ejercicio 2017.
Las proyecciones de la agencia de calificación apuntan a que el ‘stock’ de activos tóxicos de la banca española disminuirá de forma orgánica en 20.000 millones de euros anuales durante los próximos dos ejercicios, un ritmo que necesita de iniciativas “más ambiciosas” para que las entidades puedan deshacerse adecuadamente “de las cadenas de la crisis”.
Además, la calificadora de crédito estima que sigue existiendo espacio para la consolidación en el sistema financiero español, una vía que contribuiría a incrementar la rentabilidad de aquellos bancos medianos regionales.
