Estrategia o no, el paso dado ayer por Sortu, la nueva marca de Batasuna, era impensable hace unos meses. Y es que la formación abertzale, que aguarda con impaciencia a que el Supremo la legalice o no, rechazó el «presunto» plan de ETA de atentar contra el lehendakari, Patxi López, así como los últimos actos de violencia callejera, y aseguró que su oposición a la violencia, incluida la terrorista, es «definitiva», y en absoluto «un mero cumplimiento formal de la legalidad con carácter instrumental».
El comando Otazua, desarticulado la semana pasada, tenía orden de vigilar al líder socialista con la intención de matarle en junio del año pasado, durante los actos de homenaje del primer aniversario del asesinato del inspector Eduardo Puelles.
También se opuso Sortu a los «actos de violencia y coacción» de la semana pasada en Vitoria y Portugalete (Vizcaya), «con independencia de su autoría», en referencia a la quema de un contenedor y el ataque a una sucursal bancaria en la capital alavesa, así como a la aparición en el municipio vizcaíno de una diana sobre la foto del candidato a alcalde del PP en un cartel preelectoral.
Eso sí, la formación abertzale coincidió con las denuncias de los últimos días de Aralar y EA, que se han convertido en sus principales valedores, y manifestó estar en contra «de las nuevas y graves denuncias de episodios de tortura y el mantenimiento de la persecución política y judicial contra militantes independentistas». De este modo, se une a la petición de las dos formaciones citadas, e incluso al PNV, de que la Policía deje de arrestar a los criminales.
contradicción. Tras este decepcionante -desde el punto de vista democrático- punto de vista, el comunicado, cuya notificación evitó así preguntas de los medios, recalcó que Sortu no es la «continuidad» de Batasuna -como sostienen la Fiscalía y de la Abogacía del Estado-, sino que representa «una ruptura con organizaciones del pasado» y «un punto de inflexión en la trayectoria de la izquierda abertzale», que aspira a «encauzar» el independentismo vasco «por vías exclusivamente pacíficas y democráticas». No obstante, resulta contradictoria esta afirmación pues, en la misma presentación del último desafío de los hijos de HB, había siete batasunos procesados por enaltecimiento, pertenencia o colaboración con ETA, comenzando por su maestro de ceremonias, Rufi Etxebarria, que será juzgado en breve.
Mientras, los partidos políticos vascos acogieron la nota de forma positiva, a excepción del PP y UPyD, que creen que es una farsa.
