El nuevo entrenador del Bayern de Múnich, Pep Guardiola, envió ayer un duro mensaje a los directivos del Barcelona, a los que acusó de no dejarle «en paz» ni siquiera durante este año sabático que ha vivido con su familia en Nueva York.
«Me fui a 6.000 kilómetros de distancia y pedí al presidente que me dejaran tranquilo. No lo han conseguido. No han cumplido su palabra. Yo en el Barcelona lo hice lo mejor que sé, con toda mi voluntad. Y la decisión la tomé yo. Cumplí mi etapa y me marché. No fue su responsabilidad, fui yo el que decidí marcharme», comentó en referencia a su estancia en Estados Unidos. «Que hagan su trabajo, que estén contentos con los jugadores que tienen. Les deseo todos los éxitos del mundo porque una parte es culpa mía, no hace falta que diga lo que significa este club para mí», precisó.
El de Santpedor se mostró especialmente dolido de que se pusiera en duda su relación con Tito Vilanova: «Este año ha habido demasiadas cosas en que se han pasado de la raya. Utilizar la enfermedad de Tito para hacerme daño es algo que no olvidaré nunca. Porque le he visto en Nueva York, y si no hemos estado juntos más tiempo es porque no ha sido posible, pero no por mi parte. ¿Tengo que justificar que quiera que le vaya bien a un compañero que he tenido tanto tiempo y me ha ayudado tanto? Eso es de muy, muy mal gusto. No me lo esperaba. De unos y otros», subrayó.
El extécnico del conjunto azulgrana también negó que él haya puesto en duda la capacidad de Vilanova para hacer funcionar a Leo Messi y Neymar en el mismo once inicial. «Conseguir la Liga más exitosa de la historia del Barça es suficiente argumento como para que diga yo si está capacitado o no. Los buenos futbolistas están capacitados para jugar juntos siempre, y estos también. Los intermediarios están muy equivocados. La información que le han pasado es muy errónea. No me atrevería nunca a hacer un comentario como el que ha sugerido que he hecho», matizó
En cambio, sí confesó que habló hace tres años con el delantero brasileño cuando estaba al frente del banquillo ‘culé’ a petición del presidente, Sandro Rosell. «Me pidió que le llamara por teléfono para ver la posibilidad de convencerle para que viniera al Barcelona y lo que hice fue intentar convencerle. En la última gala de la FIFA en Zúrich, coincidí con él y estuvimos charlando un rato. Hablamos de fútbol, del partido contra el Santos y de la idea que tenía él de este deporte», desveló.
«Cuando me convertí en entrenador del Bayern, quise saber su situación, si había fichado realmente, y organicé un encuentro en Nueva York con su padre. En cinco minutos me di cuenta que quería fichar por el Barça», indicó.
Según la radio brasileña Globo, el técnico catalán le recomendó a su progenitor que no aterrizara en la Ciudad Condal, algo que rechazó de forma tajante. «En todas las ocasiones le recomendé ir al Barcelona. El nombre de Tito Vilanova no salió nunca», aseguró.
Por último, Guardiola mandó un mensaje a la directiva azulgrana. «Que me dejen. Que no utilicen mis amistades para hacerme daño. Y si quiero ir a cenar con Johan Cruyff, voy. No le debo nada a nadie. Que se dediquen a hacerlo lo mejor que saben, nos abrazaremos si nos vemos en la Audi Cup y espero que al equipo le vaya muy bien, pero hay cosas que no las olvidaré nunca», espetó.
«Que me permitan disfrutar y que si de todas estas cosas que he dicho hay alguna que no es cierta, que salgan y que me rebatan, pero ellos, no intermediarios. Que desmientan lo que acabo de decir. Entonces seguiremos hablando. Hasta entonces, que me dejen construir el equipo», concluyó.
