A terrorizadas e indefensas, las 200 niñas nigerianas que el mes pasado fueron secuestradas por el grupo radical liderado por Boko Haram, no contaron con la ayuda de ninguno de los adultos que se encontraban a su cargo en la escuela en la que ocurrieron los hechos, así como tampoco de las Fuerzas de Seguridad de Nigeria.
Así lo denunció ayer una de las pocas pequeñas que consiguió escapar de los milicianos islamistas, que aseveró que, tanto los profesores como los guardias del colegio en el que fueron raptadas, huyeron cuando se produjo el ataque, acusando, además, a los militares a los que pidieron ayuda una vez libres de haberlas retenido varios días para que dijeran que fueron ellos quienes las rescataron.
En una entrevista concedida a la emisora alemana Deutsche Welle, Esther Musa, nombre ficticio de la menor que ofreció este testimonio, explicó que, cuando los hombres de Boko Haram llegaron a su escuela de secundaria en Chibok el pasado 14 de abril, los maestros y los responsables de seguridad del centro «ya no estaban allí, habían huido».
«Parece que alguien alertó de que Haram quería atacar la escuela y de que todas las niñas deberían irse a sus casas», pero luego «dijeron: Nadie se marcha». De esta forma, al ser preguntada por el motivo de por qué ella y el resto de pequeñas no se marcharon al ver salir a los guardias y los profesores, la joven aclaró que un responsable del centro les insistió «si decidís huir, vuestros exámenes finales no contarán».
Asimismo, según su relato, estaban en el dormitorio cuando llegaron los combatientes radicales y les dijeron: «Todas vosotras venid y seguidnos». «Hicimos los que nos pedían y luego nos subieron en vehículos y nos llevaron», prosiguió, explicando que entonces pensó: «Hoy ha llegado el final de mi vida».
«En un momento dado, algunas de mis compañeras y yo fingimos que necesitábamos ir al baño y entonces todo lo que hicimos fue correr», desveló. Al poco tiempo, llegaron a una casa y preguntaron cómo ir hasta Chibok, pero dada la distancia que les separaba de ese lugar, les indicaron cómo llegar hasta la siguiente localidad.
Una vez allí, «quisimos saber si había algún transporte hacia esta localidad», pero como era tarde, les recomendaron que se quedaran a pasar la noche y les dieron ropa limpia. Al día siguiente, llegaron hasta «un puesto de control militar», precisó. «Cuando descubrieron que éramos de las niñas secuestradas en Chibok, nos dijeron que no volviéramos con nuestras familias y nos ordenaron ir con ellos a sus cuarteles en Maiduguri (la capital de Borno)», apuntó la joven.
«Allí, se supone que teníamos que decir a sus comandantes que nos habían liberado ellos y nos mantuvieron en los barracones varios días, antes de llevarnos ante el gobernador», añadió.
Esther Musa, que reconoció que no puede dormir y que piensa «todo el tiempo» en sus compañeras, cree que «siguen vivas». «Lo siento mucho por ellas», afirmó la menor, que tampoco puede comer y que aseguró que lo único que quiere es «volver a la escuela».
Finalmente, al ser preguntada durante la entrevista sobre si no tiene miedo a volver, la niña mantuvo que sí, pero que lo que quiere es «ir a otra escuela, a otro sitio».
148 muertos en dos días
Por otra parte, al menos 30 personas perdieron la vida ayer en ataques cometidos por supuestos miembros de la secta islamista contra dos aldeas del estado de Borno, en el noreste de Nigeria, según informaron residentes de las zona a la cadena estadounidense CNN.
El primero de ellos se produjo en la localidad de Shawa, una acción que se saldó con una decena de fallecidos. El segundo se registró en Alagarno dejó una veintena de víctimas mortales más. Además de los asesinatos, en los que los milicianos llegaron a utilizar armas automáticas, estos también prendieron fuego a viviendas y saquearon tiendas de comida, según mantuvo el canal norteamericano.
Este asalto ocurrió justo una jornada después de que, al menos 118 personas, murieran en un atentado con dos coches bomba perpetrado en un concurrido mercado de la ciudad de Jos, en el centro del país africano.
Ningún colectivo se ha atribuido estas explosiones por el momento, aunque las autoridades sospechan que la agrupación radical, partidaria de la imposición de la ley del Corán, puede estar detrás de estos incidentes.
Boko Haram es una agrupación que ha llevado a cabo múltiples atentados desde 2009, con el objetivo de instaurar un Estado islámico en el norte de Nigeria. El secuestro de las 200 estudiantes de una escuela en el país ha sido uno de los más graves, acción tras la cual amenazó con venderlas si el Gobierno no dejaba en libertad a miembros de su secta.
