Poco -más bien, nada- puedo aportar que no se haya escrito ya sobre Rafael Nadal. Pero, aun a riesgo de ser pesado por lo recurrente del tema, creo que hay cosas interesantes sobre las que volver tras el último y reciente éxito de este chico.
Primero de todo, la derrota de Nadal a las predicciones del Big Data. Pues no, Rafael Nadal no derrotó al Big Data. De hecho, este sistema de predicción me parece bastante exacto al aportar un 4% de posibilidades de victoria para el jugador español al comienzo del tercer set de la final del Australian Open. Lo que hizo Rafa Nadal fue apurar esas escasas posibilidades de victoria y ganar el torneo. Pero el BigData no se equivocó: aportaba posibilidades de victoria -pocas, desde luego-, como al final así sucedió. Posiblemente, si en la pista estuviera otro jugador, el sistema hubiera reducido esas posibilidades. Luego el Big Data, acierta. Como Nadal.
Otro asunto es el debate absurdo sobre si es el mejor de no sé cuándo o si es el que ha ganado más Grand Slams. Y aquí escuché, en tono resentido, a Natalia Flores, directora de programas de Mujer y Deporte del CSD, recordarnos que Margaret Court (24), Serena Williams (23) y Steffi Graf (22) han ganado más Grand Slams que el tenista español. Y que Amaya Valdemoro ganó la WNBA (y más veces) antes de que Pau Gasol ganara la NBA. Cierto, ¿y…?
Shingo Kunieda, jugador de tenis en silla de ruedas ha ganado 27 Grand Slams y es hombre. Se le pasó el detalle a Natalia Flores. ¿Tiene esto más o menos mérito que el palmarés de Nadal o de Court? Francamente, no lo sé. Lo que sí sé es la admiración que me producen todos estos logros -ya me gustaría a mí ser tan bueno en lo mío como estas personas, mujeres u hombres, lo son en lo suyo-, independiente de quién y cuándo los ha conseguido.
