«Edward Snowden nunca ha cruzado la frontera rusa», enfatizó ayer el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov. Y no mentía. Corroboró sus palabras apenas unas horas después el presidente del país, Vladimir Putin, quien ratificó que el extrabajador de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) se encontraba, al menos hasta ayer por la noche, en las dependencias del Aeropuerto Internacional de Shermetyevo, en Moscú, y, es más, defendió su libertad para viajar a otro país.
Con estas declaraciones se cerraron las especulaciones sobre un posible viaje de Snowden a Cuba, vuelos que han estado bajo el foco mediático después de que el joven no ocupara el asiento que se esperaba el pasado lunes.
Putin señaló que, concretamente, el espía permanecía en la zona de tránsito del aeropuerto, por lo que destacó que «es una persona libre», y que podría moverse hacia el estado que considere que le puede dar asilo. «Cuanto antes decida su destino definitivo, mejor será para nosotros y para él mismo», apostilló.
«Ha llegado como un pasajero en tránsito y no necesita un visado ni ningún otro documento. Puede simplemente comprar un billete y viajar adonde quiera», explicó el mandatario ruso en una rueda de prensa desde Naantali, en Finlandia, tras entrevistarse con su homólogo finlandés, Sauli Niinistö. Además, especificó que le causó sorpresa que el estadounidense aterrizara en la capital.
Relaciones bilaterales
Por otra parte, Putin indicó que espera que la presencia de Snowden en Moscú no afecte a las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, que ha exigido la extradición de Snowden por delitos de espionaje, y recordó que Rusia no tiene tratado alguno de extradición con Estados Unidos.
«Solo podemos entregar a ciudadanos extranjeros a países con los que tengamos un tratado internacional adecuado sobre la extradición de criminales», explicó, al tiempo que recordó que Edward Snowden no ha cometido ningún delito en el país que él dirige.
Por último, Putin calificó de «desvaríos y basura» las informaciones publicadas en los últimos días por varios medios de comunicación en las que se acusa a Moscú de colaborar con él.
Estas declaraciones del mandatario ruso no hacen sino acrecentar las tensiones diplomáticas con Estados Unidos, pues unas horas antes, el secretario de Estado, John Kerry, decía de que no había necesidad de incrementar el nivel de «confrontación» con Rusia por este caso. Así lo confirmó durante una rueda de prensa en Yeda (Arabia Saudí), donde Kerry se mostró confiado en que Rusia no se posicionaría del lado de un prófugo de la Justicia norteamericana, más aún después de que el mismo lunes ya les había amenazado -también a China- con consecuencias diplomáticas si osaban dar cobijo al extrabajador de sus servicios secretos.
