La tragedia, una vez más, inunda las calles de Siria. Y es que el conflicto que vive el país no cesa. Así, al menos 54 civiles perdieron la vida ayer como consecuencia de un atentado con bomba contra un autobús lleno de trabajadores de una fábrica de productos militares en la provincia de Hama, según denunció el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que, además, condenó el «silencio internacional» ante los «crímenes de guerra» perpetrados «por todas las partes en el país asiático».
El ataque se produjo cuando todos los empleados salían de su turno en las instalaciones de la factoría, situada en la localidad de Beraq. Once de las personas fallecidas por la explosión de un artefacto de fabricación casero eran mujeres.
Los asalariados residían en las localidades de Hama, Homs, Salamiya y en las aldeas de los alrededores. Por si esto fuera poco, el número de víctimas podría aumentar porque hay varios individuos con «heridas graves y desaparecidos entre los escombros».
El Observatorio, con sede en Londres y con una amplia red de informantes en Siria, condenó de inmediato «este último crimen de guerra contra los civiles» y expresó su «inmensa sorpresa por el silencio de toda la comunidad internacional ante las masacres cometidas en este país por todas las partes».
Al cierre de esta edición, ningún grupo armado había reivindicado el golpe, pero fuentes de la oposición no dudaron en responsabilizar a los insurgentes islamistas radicales de este atentado «terrorista» contra civiles.
«Son asalariados, son civiles, gente que necesita acudir a sus puestos de trabajo para alimentar a sus familias, eso no les convierte en criminales», declaró un activista opositor bajo condición de anonimato.
A esto hay que sumar que cerca de 5.000 sirios huyen cada día a los países vecinos a causa del conflicto civil, según informó el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
«Se trata de una crisis total», declaró el portavoz de la entidad, Adrian Edwards. «Solo durante el pasado mes de enero se ha registrado un alto incremento, estamos hablando de un aumento del 25 por ciento en el número de exiliados registrados en solo 31 días», señaló.
