La euforia actual del Real Madrid y la depresión del Barcelona se someterán en los próximos días a una prueba implacable que tendrá a su juez más severo: la Liga de Campeones.
La competición continental de clubes más prestigiosa resolverá a partir de la próxima semana su cuadro de los cuartos de final, y a él acudirán ambos contendientes, cada uno con sus diferentes estados de ánimo. Pero bastan 90 minutos en Europa para cambiar tendencias… o agudizarlas.
El Real Madrid viajó ayer a Manchester en su mejor momento de la temporada tras ganar dos partidos al Barcelona en una misma semana. Pero de poco le servirá si cae mañana contra el equipo de Alex Ferguson en lo que es todo un ‘match-ball’.
«Este doblete contra el eterno rival va a repercutir de forma importante en la moral y la confianza para el decisivo partido en el mítico Old Trafford. Los jugadores se han cargado de razones y se sienten capacitados para seguir con esta inercia ganadora», resumió ayer el diario Marca.
El Real Madrid se ha llenado de moral para creer en el pase después de vencer en dos clásicos que han sido muy distintos. Si el pasado martes arrolló al conjunto azulgrana en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey (1-3 en el Camp Nou), hace 48 horas venció 2-1 en la Liga después de jugar más de la mitad del encuentro con un equipo lleno de suplentes.
La incógnita es saber qué rendimiento ofrecerá ante un Manchester United cuyo estilo es muy diferente al del Barcelona. Porque de todos es conocido que el conjunto de José Mourinho sufre ante un rival que se cierra, como ya se vio en la ida, cuando el equipo inglés sacó un 1-1 provechoso con una táctica defensiva.
Mientras tanto, el momento anímico del Real Madrid contrasta con el del Barcelona, sumido en un pozo del que no sale. Quién lo iba a decir hace solo un mes, cuando el conjunto azulgrana afrontaba con plena confianza la posibilidad de conseguir el ‘triplete’ esta temporada. Pero ya voló la Copa, la Champions está muy difícil e incluso hay quienes temen por la Liga.
La escuadra de Tito Vilanova, que sigue en Nueva York recibiendo tratamiento por su enfermedad, inició su descenso al precipicio el 20 de febrero, cuando perdió 2-0 frente al Milan para sorpresa de todos. Desde entonces, el equipo permanece en un estado de ‘shock’ del que no acaba de salir.
La nueva consigna instalada en la Ciudad Condal es «la de no mirar atrás». La propuesta es trabajar para el futuro, con la mente totalmente concentrada en el próximo compromiso importante, el 12 de marzo, cuando el Camp Nou se vestirá de gala en un intento de alentar una remontada histórica.
«Es una situación complicada pero no irreversible. Tiene 10 días para solucionarlo. O eliminan al Milan en Champions o, por el contrario, su final de temporada, a pesar de la Liga, será decepcionante», aseguró el diario Sport.
Así pues, la máxima competición continental marcará con qué estado de ánimo afrontarán Real Madrid y Barcelona el final de curso. 90 minutos son suficientes para reforzar tendencias o provocar vuelcos impensados.
