Apenas seis horas duraron las buenas intenciones de paz en Siria. Y es que ése fue el plazo que trascurrió desde la entrada en vigor del alto el fuego hasta la primera muerte en el país, la de un hombre que en la ciudad de Hama se negó a parar ante un control y fue abatido por las fuerzas gubernamentales, en una jornada que se saldó, al menos, con otros 36 fallecidos en diferentes puntos del país, según fuentes de la oposición. Mientras, el régimen acusó a los rebeldes de haber acabado con la vida de dos militares en tres atentados.
A pesar de que los augurios eran buenos y durante todo el día, tanto opositores como fuentes del Ejecutivo de Bachar al Asad insistieron en que las previsiones se estaban cumpliendo, el enviado de la ONU y la Liga Árabe para este conflicto, Kofi Annan, advirtió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de que el Gobierno no ha acatado con los términos contemplados en el plan de paz, e instó a los 15 Estados miembros del organismo a exigir a Damasco que retire todas las tropas y el armamento pesado de las ciudades.
La tregua planteada por el diplomático para poner fin a la violencia desatada en la nación hace más de un año entró en vigor a primera hora de la mañana, pero desde la oposición denunciaron que las tropas leales al régimen continúan en varios municipios. De ahí que Annan reclamase el apoyo de la comunidad internacional y solicitase «el despliegue de una misión de observadores para supervisar la aplicación del programa».
Además, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, subrayó la responsabilidad del Ejecutivo de cumplir su compromiso, al tiempo que remarcó que «parece que la situación se ha calmado» en la nación árabe, aunque quiso ser cauto. «Estamos muy pendientes de lo que pasa. Pero el mundo mira con escepticismo, porque en otras ocasiones el Gobierno ha hecho promesas que luego no cumplió», agregó.
«Insto al presidente Al Asad a que actúe con la máxima moderación», incidió Ban, que avisó de que «este proceso de alto el fuego es muy frágil y podría interrumpirse en cualquier momento, en cuanto haya un solo disparo».
En este sentido, el Consejo Nacional Sirio, principal organismo rebelde, aseguró que el alto el fuego se está cumpliendo «parcialmente» y avisó de que será hoy cuando realmente se ponga a prueba «el compromiso de Al Asad». Y es que es en la jornada del viernes cuando el pueblo «sale a la calle», por lo que llamó a la población a «ser cauta», porque el régimen «no respetará lo pactado y disparará».
Además, denunció la muerte de al menos 37 personas como consecuencia de ataques atribuidos a tropas leales al régimen.
Por su parte, el Ejecutivo optó también por culpar a su contrincante de que no se alcanzara la situación establecida y acusó a los «grupos terroristas» de la muerte de dos personas en tres atentados contra las Fuerzas de Seguridad.
Pero, en un gesto de buena voluntad, el Ministerio del Interior invitó a los opositores armados que «no tengan las manos machadas de sangre» a entregarse a la Policía y les garantizó que quedarán «libres».
