La Gimnástica Segoviana está situada en la decimoctava posición de la tabla. El objetivo de esta temporada es acabar en el decimoquinto puesto, “admitiendo” como mal menor la decimosexta plaza que obliga a jugar la promoción. En eso es en lo único que ha de centrarse ahora el conjunto azulgrana, que trata de dejar de lado la crisis, latente durante muchas jornadas, y puesta de manifiesto tras la marcha del capitán Ramsés del equipo gimnástico.
Es decir, la Segoviana está a dos puestos del objetivo, y mañana puede estar a tan sólo uno si consigue la victoria en el campo de Zubieta frente a una Real Sociedad B que le precede en la clasificación y que pasa por ser, junto al Burgos, el equipo que peores resultados obtiene como local. El filial donostiarra que entrena Meho Kodro sólo ha sumado una victoria en casa, la que logró en la primera jornada de Liga, y sólo el buen rendimiento lejos de su terreno de juego le ha permitido mantenerse con opciones de permanencia.
Pero, aunque en lugar de la Real Sociedad B el rival fuera el Mirandés, la Segoviana no debe cambiar su planteamiento de salir a por la victoria. Porque el equipo gimnástico no necesita ni siquiera el empate, sino ganar el partido. No valen excusas (“es que el árbitro…, el campo…”), ni condicionales (“si hubiésemos jugado la primera parte como la segunda…”) ni nada por el estilo. Ganar, ganar y ganar, que ya lo dijo Luis Aragonés hace no demasiados años.
Porque en realidad esa es la receta para que la Segoviana salga de su mala situación clasificatoria. Sumar de tres en tres es la única solución para acabar con todo lo que no sea hablar del partido siguiente. Y así lo ha entendido Paco Maroto, que ha dado un giro ofensivo a la convocatoria llevando a San Sebastián a David Terleira en lugar de Rubén. No parece probable que ninguno de estos dos jugadores fuera a ser titular esta tarde, pero el mero hecho de convocar a un delantero, y es casi seguro que habrá como mínimo tres jugadores ofensivos más en el banquillo, ya es toda una declaración de intenciones.
Ahora bien, no parece demasiado probable que Maroto apueste por hacer una revolución ofensiva en su once inicial, porque la Segoviana lleva prácticamente toda la temporada jugando con dos hombres abiertos en banda, más otros dos acompañando al delantero en el centro, y no se apuntan cambios radicales en esa dirección. En lo que sí debe haber un cambio radical es en la actitud del equipo, que necesita salir a dominar a su rival y a demostrar que los jugadores azulgranas tienen hambre de permanencia. Y para conseguirla habrán de dar lo mejor de sí mismos. En este partido, y en todos los que quedan hasta el final.
