La crisis que anda sacudiéndolo todo, no puede con el Festival de San Sebastián. Los presupuestos menguan, pero la 60 edición se ha saldado con éxito, por cuanto su programación ha tenido bastante nivel en la sección principal a concurso y a la sección Zabaltegi nunca le falta interés, siendo “Perlas” un espléndido escaparate para asomarse a las mejores producciones del año.
Nada se puede oponer a la concesión de la Concha de Oro a la mejor película a “Dans la maison”, de François Ozon, quien asimismo recibió el premio del jurado al mejor guión. Desde luego se trata de una magnífica película y, en mi opinión, la mejor de Ozon, quien acierta plenamente en todas sus funciones como director y guionista, resultando ésta una película llena de ingenio, muy agradable de ver y con cierta carga de profundidad.
El Premio Especial del Jurado recae sobre la española “Blancanieves”, de Pablo Berger, quien se apunta a la moda de “The artist”, rodando en blanco y negro una película muda con intertítulos. Pero el encanto es menor, a pesar de la excelente acogida por parte de la crítica. Recrea el cuento de los hermanos Grimm, pero traspasándolo a la España castiza de los años 20, de toreros y folklóricas, con una puesta en escena que nunca rehúye el esperpento surrealista. Tiene buenos momentos y los aplausos resonaron fuerte al final, sin embargo, particularmente, no me acaba de convencer del todo. Macarena García obtuvo el premio, ex aequo, como mejor actriz por su interpretación en ella.
La Concha de Plata al mejor director se otorga a Fernando Trueba por “El artista y la modelo”. Nada que objetar a su trabajo, también depurado blanco y negro, sin emplear apenas música, sobre la relación entre un viejo escultor francés y su joven modelo, una española huida al sur de una Francia ocupada por los alemanes. Su película es una interesante reflexión sobre el proceso creativo.
La Concha de Plata al mejor actor se entrega a José Sacristán por su interpretación de un viejo y enfermo asesino a sueldo, que opta por huir a ninguna parte, aunque sea un país como Argentina. La dirige Javier Rebollo, quien por este trabajo recoge más pitos que aplausos, al experimentar una suerte de película radiada, donde una voz omnipresente nos va describiendo y comentando todo lo que podemos ver con nuestros propios ojos. Cansa y, al final, aburre.
La Concha de Plata a la mejor actriz se reparte, como ya se ha dicho, entre Macarena García y la norteamericana Katie Coseni, por su interpretación en “Foxfire”, de Laurent Cantet, una larga narración sobre una banda de chicas en los Estados Unidos de 1955. No está mal, pero la película no acaba de ser redonda.
El premio del jurado a la mejor fotografía estaba cantado. Touraj Aslani, a las órdenes del iraní Bahman Ghobadi, nos brinda un fascinante ejercicio de estilo, verdaderamente brillante y supone lo mejor de “Fasle kargadan”, una película más que notable, hipnótica, apabullante, pero en la que no logra penetrar todo el mundo, al parecer.
Existe una mención especial del jurado para “The attack”, del libanés Ziad Doueiri, que afronta el impacto que recibe un cirujano israelí de origen palestino, cuando se le comunica la muerte de su esposa, que es la causante de un atentado con numerosas víctimas mortales. En esta sección oficial destacó también “Le capital”, en la que Costa-Gavras aborda, desde su posición militante, la crisis financiera, tirando contra los bancos y todos esos accionistas, auténticos depredadores, que campan sin freno engordando sus cuentas y vaciando las de la gente corriente. Consuela su visión tanto como enerva su contenido.
