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Sin techo

por Jesús Fco. Riaza
3 de noviembre de 2024
en Tribuna
JESUS FRANCISCO RIAZA
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Aunque mucha gente se ha quedado sin vivienda en los sucesos tan trágicos como históricos de estos días en Valencia, el título y el motivo de este artículo no hacen referencia a ellos. Creo que ya se ha escrito y opinado demasiado y solo cabe esperar la solidaridad de la sociedad española y, mucho más difícil, la buena gestión de los gobernantes para ayudar a las víctimas sin su lamentable y habitual echarse las culpas unos a otros.

Quería hablar de la Campaña de personas sin hogar que organiza Cáritas y que celebramos el pasado día 27. El lema elegido para la campaña de este año me parece un brillante juego de palabras: “El camino de Santiago es largo y está lleno de obstáculos”. La primera impresión es que se refiere al Camino de Santiago y de hecho el cartel nos muestra a una persona que puede pasar por un peregrino más.

Sin embargo, un poco mas abajo, en el propio cartel, el lector se comienza a dar cuenta de que los tiros van por otro lado. “Santiago, 52 años, persona sin hogar”. ¡Caramba! No se refiere al camino sino a una persona. El final del cartel es una invitación: “Caminemos juntos”.

No me digan que no es brillante. Y lo es más cuando observamos el tríptico que ha editado la campaña. Santiago nos cuente su historia que es la de otra mucha gente.

Su camino comenzó a torcerse muy pronto: “Tenía un problema de adicciones. Una tarde me encontré la maleta en la puerta de mi casa con 15 años y medio. Desde entonces, no he disfrutado de niñez, adolescencia, ni nada, por culpa de la droga”. Recuerda lo que ha sido su vida: “Me siento como un nómada, voy de un sitio para otro, nunca descanso”. “A veces he tenido trabajo, pero no he tenido vivienda. Dormir en un portal , teniendo que estar trabajando, sin poder lavar la ropa, sin poder cocinar, no es vida”. Santiago expresa sus sentimientos con respecto a una vida integrada. “Siento envidia cuando veo a la gente en las terrazas charlando. Quiero sentirme una persona normal, dejar de sentirme tan desconectado después de los años que he pasado encerrado en una habitación, malviviendo o en la calle. Sentir que soy parte de la sociedad porque tengo la sensación de no importarle a nadie”. Y concluye mostrando sus sencillas esperanzas: “Espero de la sociedad que no me rechacen, que no me etiqueten y me den una oportunidad en la vida. Espero mayor comprensión, apoyo en la lucha para dejar morir mis viejos caminos y coger otra perspectiva en la vida. Tengo ganas de luchar y no rendirme”.

Los “Sin hogar” son personas que viven en espacios públicos. A veces pasan unos días en una pensión o en una habitación pero vuelven a la calle. Hemos preguntado en Cáritas diocesana cómo se afronta esta situación en nuestra ciudad. En primer lugar, nos dicen, lo más preocupante no son tanto los que están sin hogar sino cuántos lo van estar al ritmo que llevan al alza de los precios y los alquileres. Una pareja me decía que están pagando 400 euros por una habitación en la que viven con un hijo pequeño. No tenían ni espacios comunes en la vivienda porque incluso el salón era una habitación más. Vivir en una habitación tiene que ser terrible. ¡En una habitación!

También en Cáritas nos ha ayudado a distinguir entre los “sin hogar” que viajan continuamente, lo que llamamos traseúntes, y los que están en la ciudad. A los primeros se les facilita un lugar para dormir y la comida. Tienen diferentes necesidades que los que viven en la ciudad. En total, en lo que va de año, han sido atendidas 208 personas: 173 hombres y 35 mujeres.

Para ellos, en la sede de Cáritas, se habilitó un espacio/hogar donde refugiarse. Es un lugar con televisión, cafetera, mesa camilla y juegos de mesa al que acuden libremente. Un grupo de voluntarios los acoge y está con ellos. Los mismos que, acompañados por un trabajador, se acercan a todos los que ven por la calle para ofrecerles asistencia. También se les facilita el pase al comedor social, dependiente de la Junta de Castilla y León, donde, además, pueden ducharse y lavar la ropa.

La tragedia de Valencia nos recuerda que no todo puede estar controlado en esta vida y que hay sucesos que nos sacuden a nivel social y personal.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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