Si hay uno de los casos que mantiene en vilo a toda la provincia, es el de Teodoro González. El vecino del Espinar que salió a pasear por la zona de Moral de Hornuez y al que se le perdió el rastro hace ya más de 30 días.
Desde la misma tarde de su desaparición los efectivos del emergencias del 112 de Castilla y León desplegaron un amplio dispositivo de búsqueda, que incluía un grupo de voluntarios, El Espinar que fueron convocados por redes sociales para ayudar en las tareas de rastreo de la zona de Moral de Hornuez, y salieron desde el municipio en la mañana del 1 de agosto.
El lunes 5 de agosto, era la Guardia Civil la que se ponía al frente de la organización del operativo, después de que durante la primera semana la dirección del puesto de mando avanzado estuviera coordinada por la Agencia de Protección Civil y Emergencias de la Junta de Castilla y León. Así desde el cuerpo se ha previsto un plan de continuidad de búsqueda, ya que, aunque no cesan en el intento de hallar el paradero de Teodoro, el despliegue inicial ha rebajado su intensidad.
Como nos ha confirmado Ángela, hija de Teodoro, a la Guardia Civil se ha unido la ayuda en la búsqueda de la Fundación Europea por las personas Desaparecidas (QSD Global), que se plantea ampliar las zonas de búsqueda, saliéndose así del trazado normal que Teodoro pudiese haber hecho y de esta manera aumentar las posibilidades de encontrarlo.
El grupo de personas que participaron en los primeros días de la búsqueda llegó a los 200, demostrando, según resalta la propia Ángela, el calor que vecinos y voluntarios del Espinar, de donde es Teodoro, y de Cilleruelo, donde lo hace ella y desde donde salió el pasado mes de julio Teodoro, es abrumador “la gente de los dos sitios nos sigue apoyando”.
La Guardia Civil apunta a una desaparición involuntaria y no forzada. La falta de noticias y el paso de los días aumentan las hipótesis y hacen mella en el ánimo de los familiares que están “literalmente destrozados” como apunta Ángela. Cuesta mantener el ánimo alto y la esperanza, “un día para nosotros es como un año”, pero lo están haciendo, además de por el apoyo vecinal, gracias a los médicos que les prestaron ayuda psicológica continua durante los días que duró el operativo de emergencia y que ahora mantienen a través de la Seguridad Social “seguimos con ayuda médica pero ahora dependemos de los plazos de citas de la Seguridad Social”.
A pesar de la incertidumbre que hay en torno al caso, desde la familia consideran fundamental “que cualquier cosa rara o movimiento extraño que alguien vea, se ponga en contacto con la Guardia Civil”, porque como afirma Ángela “lo único que nos puede ayudar es tener algo de que tirar”.
