Siete muertos y un herido muy grave fue el dramático balance de la colisión frontal entre dos vehículos ocurrida ayer en la EX-336, a la salida de Oliva de Mérida (Badajoz), en lo que reresenta el accidente de tráfico más grave registrado en las carreteras españolas en los últimos cuatro años. El siniestro se produjo minutos antes de las 06,30 horas, cuando el BMW ocupado por cuatro jóvenes vecinos de Oliva invadió el carril contrario y chocó con un C-5, según informó la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira.
Pereira adelantó como posibles causas la velocidad inadecuada, la pérdida del control del BMW en la curva en la que se producijo el accidente y que el conductor, un chico de 25 años, hubiera ingerido alguna sustancia contraindicada para la circulación, un dato que desvelará la autopsia y que al cierre de esta edición no se había dado a conocer.
Aunque no se sabe con exactitud, «es posible», según la delegada, que los jóvenes procedieran de «alguna localidad próxima donde se celebraba alguna fiesta», mientras que el otro vehículo accidentado se dirigía a Salamanca.
Como consecuencia del choque, fallecieron todos los ocupantes del BMW, dos hermanos, A.C.B y J.C.B, de 20 y 25 años, que trababan en el campo. En este vehículo viajaban dos primas de 18 años, P.G.C. y M.N.G.P., estudiantes y que también murieron.
Del otro turismo perdieron la vida tres de sus cuatro pasajeros: el conductor, M.B.O., de 48 años; su esposa, M.S.M., de 39, ambos de Palomas; y su consuegro, B.D.B., de 48, de Puebla de la Reina (Badajoz).
El otro viajero, S.B.S., de 14 años, uno de los tres menores que deja huérfanos el matrimonio, está ingresado en la UCI del Hospital de Mérida, estable dentro de la gravedad, pendiente de ser intervenido. Sufre un traumatismo abdominal, torácico y fracturas de fémur y de brazo, está consciente y no se teme por su vida, según el parte médico. En un tercer vehículo viajaban otros familiares de los vecinos de Palomas, que fueron testigos del accidente.
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, se mostró «apesadumbrado» por las víctimas, especialmente porque cuatro de ellos son jóvenes y porque el matrimonio deja tres menores sin padres. «Son muertes absurdas», resumió.
