La historia de la política está llena de promesas incumplidas. Desde Grecia hasta hoy. Ni los más grandes estadistas se libraron de esa lacra. Ahora bien, no todos los políticos llevan de la misma forma el incumplimiento de una palabra dada. La mayoría busca excusas para justificar la omisión. Otros, los menos, reconocen el pecado.
En Olombrada, la rehabilitación del Ayuntamiento ha sido la principal aspiración de las últimas corporaciones. El socialista Javier Pascual Bayón luchó durante años con denuedo para lograr ese objetivo, sin conseguirlo, y de él tomó el relevo, con similar brío, el popular Luis Bayón. Éste, a pesar de haber anunciado en la última campaña electoral el inminente inicio de las obras, no será, para disgusto suyo, quien finalmente corte la cinta inaugural. Al menos, en esta legislatura.
Con la Casa Consistorial en ruinas, en febrero de 2007 la corporación decidió trasladar las oficinas a un pequeño local, alquilado, en la calle Arroyuelo Bajo. Allí, la secretaria y una auxiliar atienden a diario a los vecinos. Las condiciones del inmueble, en planta baja, son “bastante malas”. El espacio es multifuncional. Lo mismo vale para oficina que para salón de plenos o despacho del alcalde.
Las continuas peticiones de auxilio cursadas por los sucesivos alcaldes de Olombrada parecieron ser escuchadas cuando, desde la Junta, se anunció que la rehabilitación se ejecutaría con fondos del programa ‘Arquimilenios’. De hecho, se redactó el proyecto e incluso se licitó. Pero luego llegó la crisis. Y ahí, todo cayó en saco roto. “El consejero de Fomento, Antonio Silván, me aseguró en persona que se llevaría a cabo”, afirma ahora Bayón. Donde dije digo digo Diego. El programa ‘Arquimilenios’ quedó “paralizado”, según la expresión que utiliza la Junta, y al alcalde comenzaron en la calle a sacarle los colores quienes poco antes le habían escuchado decir que la rehabilitación del Ayuntamiento era una cosa “ya conseguida”.
Cansado de esperar una noticia que nunca llega, y con la pesada losa de haber fallado a su pueblo, el Equipo de Gobierno ha remitido ahora una circular a los vecinos en la que se indica que, “ante la imposibilidad de lograr, en la anterior legislatura, la rehabilitación de la Casa Consistorial, y con el mismo resultado hasta la fecha”, y “siendo conscientes de nuestra responsabilidad”, los cinco ediles del PP “ponen a disposición de todos y todas los integrantes del municipio sus cargos”.
Bayón quiere que el pueblo hable. “Si desean que dimitamos, dimitiremos; si desean que continuemos, continuaremos”, declaró ayer. La asamblea tendrá lugar mañana, 29 de junio, a las 20,30 horas, en ‘La Panera’. De acuerdo al texto de la convocatoria, los ediles del PP someterán su continuidad al criterio de los vecinos. “En caso de negativa por vuestra parte haríamos entrega de nuestras actas de concejal y saldríamos del Ayuntamiento”, avisan.
Preguntado por la situación en la que quedaría el Ayuntamiento si se produjeran esas cinco dimisiones, Bayón estimó que, en ese caso, lo más factible sería que tuvieran que hacerse cargo del mismo los dos concejales del PSOE. La opción de que los actuales cinco ediles del PP sean sustituidos por otros que integraron la lista popular resulta muy improbable, pues el resto de la candidatura parece no querer formar parte de la corporación municipal.
La solución, mañana.