A pesar del mal sabor de boca que nos ha dejado el recientemente finado año 2020, muy en especial por su aparición en él, y su rápida extensión por los cinco continentes, del maldito Covid-19, la Historia no puede fallar, y la Ilusión menos. Quiero decir que, a pesar de todos los pesares, esta noche, 5 de Enero ya del 2021, de nuevo los Reyes Magos, es decir, la Ilusión, la Promesa, la Buena Nueva, pasarán un año más por Segovia.
Las circunstancias obligaron a que Sus Majestades no hayan podido ser recibidos como es tradicional, con una vistosa cabalgata, pero, repito, la Ilusión, los Magos de Oriente sí estarán de nuevo en la provincia, y a su paso irán dejando, a lo largo de esta noche, juguetes, recuerdos, entretenimientos de todo tipo para los pequeños, y también para los mayores, porque la Ilusión está en todos, sin excepción de edades. Con una particularidad, y es que en esta ocasión los Reyes Magos no dejarán a nadie una bolsita de carbón, porque demasiado sufrimiento hemos tenido todos como para que ahora ellos, repartidores de Alegría, vengan a fastidiar más la cosa.
Según la tradición, más que monarcas, los magos fueron unos “steleros”, es decir, unos grandes aficionados a la astronomía, y de ahí que al observar en el cielo, cada uno de ellos en sus respectivos países, una estrella singular, decidieron investigar a qué se debía el fenómeno. Los tres, Melchor, Gaspar y Baltasar, coincidieron en su mismo pensamiento y deseo, y conjuntamente acordaron ponerse en marcha para seguir el camino que les marcaba el fenómeno estelar. Un camino que, como es sabido, conducía hacia la cueva de Belén donde acababa de nacer Jesús, la gran figura de la Historia del Universo, a raíz de cuya venida al mundo se inició la cuenta de los años, considerando los mismos antes y después de la llegada de Cristo.
El “Auto de los Reyes Magos”, de autor desconocido, es una pieza teatral que está considerada como la obra más antigua de la literatura española, y la lectura del manuscrito (del que se conservan 147 versos escritos en diversas clases de metro, en la Biblioteca Nacional, como una joya bibliográfica de excepción), permitió a Ramón Menéndez Pidal (1809-1968), filólogo, historiador, medievalista, uno de los grandes eruditos de la generación del 98, señalar como fecha aproximada de su realización a mediados del siglo XII.
Una novedosa y feliz versión de este auto fue presentada en el pasado año 2008, como destacado estreno, por la compañía segoviana Nao d´Amores, fiel a su seguimiento de las primitivas obras del teatro español, en cuyo espacio está realizando una excepcional labor cultural.
Y así como el “auto” es un testimonio actual –a pesar de su gran antigüedad- del episodio de los Reyes Magos, relatado con toda sencillez en los evangelios, así también se mantiene gracias a ellos la Ilusión de niños y mayores creyentes, contando con la adhesión de los que no lo son pero sí seguidores de una costumbre y tradición ancestral que lleva la alegría a millones de humanos.
En numerosos países se cuenta con un paralelismo de nuestros Reyes Magos, es decir, con un ser caracterizado con amplia barba blanca y uniforme rojo, conocido como San Nicolás, Santa Claus o Papá Noel, persona también famosísima que se encarga de dejar los regalos a niños y mayores en la noche del 24 al 25 de Diciembre. Va siendo ya costumbre la presencia conjunta de este personaje con la de los Magos de Oriente, dándose la circunstancia de que todos ellos tienen un origen cristiano, pues la figura de Papá Noel o Santa Claus se atribuye a un obispo cristiano de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en la región de Anatolia, hoy Turquía. Hay una creencia que consiste en que San Nicolás pasó a llamarse Santa Claus en el siglo XVII, cuando unos emigrantes holandeses llegaron a la hoy ciudad de Nueva York llevando, como es lógico, sus costumbres y tradiciones, entre ellas la figura del nuevo Papá Noel. De aquí, en siglos sucesivos, el personaje pasó a asentarse en países de otros continentes.
Hay una conclusión que puede darse como resumen de todo lo argumentado en líneas anteriores: Y es que, un año más, a pesar de todos los avatares, a pesar de las dificultades e incluso de las dolorosísimas pérdidas humanas que venimos sufriendo por culpa de la pandemia, hay algo que podemos tener presente para que no nos llegue el desánimo al corazón: Que de nuevo los Reyes Magos, San Nicolás-Santa Claus-Papá Noel, están entre nosotros para reavivar la esperanza en un futuro que algún día, más temprano o más tarde, tiene que volver a ser mejor.
Si proyecta, amigo lector, un viaje a Colonia, no deje de visitar la impresionante catedral gótica, pues durante toda su estancia “le seguirá” la imagen de sus dos afiligranadas torres, de 157 metros de altura. Y allí, en el templo, aguarda el sarcófago donde se veneran las supuestas reliquias de Melchor, Gaspar y Baltasar; es una preciosa arca de madera recubierta por placas de plata, oro y abundantes piedras preciosas.
