El premio Cervantes 2017, Sergio Ramírez, aseguró en una entrevista con los medios que las revoluciones armadas “han llegado a su fin” y no ve “en el panorama que sea posible que surja una”. “Siempre vamos a necesitar cambios, pero estoy profundamente convencido de que el intento de una revolución armada no vale lo que las vidas humanas perdidas valen”, señaló el autor, quien puso como ejemplo “los miles de jóvenes muertos” en su país, Nicaragua, “sacrificados por sus ideales”.
Ramírez, quien hablará en su discurso sobre la relación de las lenguas hispanas a través de Rubén Darío y Cervantes, destacó las “diferencias” entre los autores de uno y otro lado del Atlántico. “España es un país cada vez más europeizado y conectado a otras fuentes culturales que Latinoamérica. Por ejemplo, la novela española está ahora enfrentándose a su Historia con las obras de Cercas, entre otros, que es algo que América Latina llevaba tiempo haciendo con las dictaduras y guerras civiles”, apuntó.
Ramírez se mostró sorprendido de la “escasa” cifra de escritoras premiadas a lo largo de los casi 40 años de premio —solo cuatro—. “No es un dato muy halagador”, ha añadido. Para el escritor nicaragüense, Ida Vitale por ejemplo sería una autora que merecería este premio. De todas maneras, ha recordado que “se sigue viviendo en una sociedad paternalista” y, “como en todos lados, la postergación de las mujeres es un mal general”.
Con cuentas en redes sociales, Ramírez reconoció desconocer los recientes casos en España en el mundo del arte relacionados con la libertad de expresión, pero rechazó “poner cualquier cortapisa al arte, es un error”. El autor afirmó que le “entran ganas de reír” cuando piensa en Cervantes y en los actuales debates en el mundo de la escritura sobre la metaliteratura. “¡Pero si Cervantes es el autor más postmoderno que podemos imaginar! ‘El Quijote’ es una muestra de ese sentido de modernidad”, resaltó ante los medios.
Ramírez aseveró que ya tiene ganas de regresar a sus “cuatro paredes tras esta linda interrupción”. “Después del Cervantes ya solo queda seguir escribiendo y yo seré un escritor hasta la muerte, aunque suene un poco dramático”, concluyó con humor.
Por otro lado, el escritor Sergio Ramírez aseguró que, pese a la propuesta del parlamento cubano de Miguel Díaz-Canel como sucesor de Raúl Castro, “no se puede hablar de cambio por el momento”. “Con el actual sistema en Cuba, el Gobierno no es más que un asunto subalterno de estructura política, que sigue intacta. El que gobierna es el partido oficial y no el Gobierno”, señaló en una rueda de prensa en la Biblioteca Nacional con motivo del premio.
Influencia política
El escritor habló de la influencia política en los nuevos escritores latinoamericanos. “Siempre he pensado que la literatura en Latinoamérica está contaminada de la anormalidad política”, ha apuntado. En este sentido, ha resaltado que “el caudillismo ha resucitado” en este siglo con otras expresiones que no son políticas: el narcotráfico, la violencia o la corrupción, entre otros. “Todo esto va a las aguas de la novela y no podemos evadirnos de estos temas, porque forman parte de la realidad cotidiana”, añadió. Ramírez, quien defendió que el escritor no debe tratar en sus obras sobre “temas sociales y económicos, sino sobre seres humanos”, mostró su deseo de que este premio no le “alumbre solo” a él, “sino a toda esta legión de escritores centroamericanos que están pujando por salir”.
Respecto a su pasado ‘revolucionario’ —Ramírez formó parte del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)—, el autor ha reconocido que sus ideales políticos “se parecían a los literarios”. “Uno siempre quiere cambiar el mundo a través de los libros”, reconoció con humor el escritor de ‘Margarita, está linda la mar’. “A los 16 años tomé conciencia de que vivía en una dictadura dinástica y que era una indignidad, por eso me comprometí a derrotarla.
