“No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla”, con esta premisa de la escritora y activista de los derechos humanos norteamericana Eleanor Roosvelt, los alumnos del Colegio Maristas se lanzaron a la calle para repartir semillas del “árbol de la paz”, con motivo de la celebración del Día Escolar de la No Violencia y la Paz. Semillas en forma de papelitos coloreados por los alumnos más pequeños del centro, que regalaron a los viandantes en su visita a numerosas instituciones segovianas.
Un grupo de medio centenar de alumnos de los cursos de Segundo de Primaria y Segundo de ESO visitó la sede de EL ADELANTADO, donde leyeron el manifiesto ‘Sembrar Paz’, eslogan bajo el que han trabajado las semanas anteriores. “Sabemos que la paz no es una paloma con una rama de olivo — explicaban los alumnos en su escrito—, o una palabra que sirve para adornar camisetas. Sabemos que la paz es una torre que levantar. Un proyecto que mantener”.
Sentados en la sala de la Hemeroteca, rodeados de los ejemplares más antiguos de la cabecera segoviana, los alumnos escuchaban con atención cómo se desarrolla el día a día en un periódico y trasmitieron la importancia que tienen los medios de comunicación a la hora de extender esos mensajes de convivencia y solidaridad. Por eso, en su visita llevaron a la sede del decano de la prensa en Segovia otro regalo: una planta que recuerda que la paz y la no violencia debe ser “regada” a diario.
Justo antes de abandonar la sede del diario, cada alumno de los mayores cogía de la mano a uno de los pequeños, “cuidamos de ellos”, comentaba Pablo, un alumno de Segundo de la ESO. El grupo se dirigió hacia San Millán, donde se reunió con los otros grupos del centro y celebró un acto conjunto. El resto de sus compañeros había encargado previamente de llevar el mensaje de paz a la Subdelegación del Gobierno, a la Diputación, al Ayuntamiento, a la Academia de Artillería y a IE Universidad, entre otras instituciones.
EN LOS CENTROS
El Día de la No Violencia y la Paz también tuvo su repercusión los centros educativos de Segovia y provincia. La jornada de ayer fu un poco distinta al resto de días y algunas de las clases se intercambiaron por actividades y actuaciones en torno al mismo mensaje. La música se convirtió en el mejor vehículo para fomentar la convivencia en términos de paz y solidaridad para muchos centros. Este es el caso del Colegio Martín Chico, cuyos alumnos interpretaron el Himno de la Alegría en una gran orquesta, formada por todos los alumnos del centro, vestidos de blanco y con guantes blancos. “Es muy emocionante”, afirmaba la jefa de estudios del centro, María José Gómez, al ver a los 330 alumnos interpretando la canción al unísono.
Los alumnos del Colegio Domingo de Soto decoraron la fachada del centro con un gran mural en el que habían dibujado un tren formado por vagones —uno por cada clase— “llenos de deseos”. Después, los alumnos de sexto de Primaria leyeron un manifiesto por la Paz y No Violencia y todos bailaron e interpretaron la canción ‘Los niños queremos la Paz’.
La unión de los alumnos también fue la nota dominante en el CEIP Diego de Colmenares, donde los alumnos de quinto y sexto de Primaria aportaron una base de percusión al más puro estilo Mayumaná, mientras los pequeños interpretaban la canción ‘Una sola voz’ de Macaco.
DEL COLE A SU VIDA
El director del centro, Adolfo Miguel Contreras, destacó que la actividad forma parte de Plan de Convivencia, y que trabajan estos aspectos durante semanas. “Se trata de transmitir que la paz empieza en el colegio, en las aulas, en el patio, pero también, intentamos que lo lleven a los demás ámbitos de su vida diaria”.
Y es que, si algo caracteriza a las actividades de esta jornada es la idea de que los actos del programa educativo sean la excusa para fomentar la solidaridad y que los alumnos desechen la violencia de su patrón de comportamiento. Esa fue la idea en la que incidió la delegada Pastoral del Colegio Madres Concepcionistas, Madre Pilar minutos antes de que los alumnos de Infantil echasen a volar decenas de globos multicolores, que dió paso a la interpretación de la canción ‘Color Esperanza’, de los alumnos de Secundaria.
Para el CEIP El Peñascal “resulta aún imposible hacer un acto conjunto pues el pabellón aún no está terminado”, señaló la directora del centro, Chany Pulido, aunque no impidió que hayan realizado numerosas actividades como un juego de amigo invisible los días previos y gimkanas, actuaciones y asambleas de alumnos en el día de ayer.
El mensaje de paz también alcanza a los centros con alumnos más mayores, como el CIFP de Nueva Segovia que tenía programada una proyección con imágenes bélicas para que los alumnos analizasen juntos las posibles soluciones a los conflictos armados. Un problema técnico les impidió ver el vídeo completo, pero los alumnos conversaron sobre este aspecto.
El Día de la Paz y la No Violencia se extendió también a los centros de la provincia, como el colegio de San Rafael, donde los profesores propusieron a los alumnos hace semanas que realizasen tres ‘favores’ a un compañero, un familiar y un docente. Los niños y niñas, escribieron cada uno de estos buenos actos en un papel y ayer construyeron un gran corazón con esa cadena de favores.
El CRA Campos Castellanos de Cantimpalos, que basó su experiencia en el significado de paz y salud de la grulla en la cultura japonesa para concienciar a los alumnos sobre los valores de la paz y no violencia. Así, los alumnos crearon más de mil grullas de papel y las expusieron en el centro. Además, los alumnos interpretaron el Himno de la Alegría.
