De la gran iniciativa cultural, que viene manteniendo , tiempo ha, la Catedral de Segovia, recientemente ha incorporado a la Capilla de la Piedad, de la Señora de las Catedrales, una maravillosa copia, inédita del taller famoso de Rubens, Es un fantástico cuadro en el que se muestra la famosa leyenda de San Jorge y el dragón. Según la leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine, obispo de Génova, donde se narra la lucha del Bien contra el Mal. Esta lucha está protagonizada por San Jorge, soldado de Dios, luchando contra el mal, plasmado en un dragón. Cuenta que San Jorge llegó a una ciudad en la que un terrible dragón habitaba un lago. Para apaciguarle y alimentarle, los habitantes del pueblo tenían que lanzarle diariamente animales que engullía.
Cuando se agotaron estos se vieron obligados a entregarle personas. Estas eran seleccionadas por sorteo. Pero un día le tocó la desgracia a la hija del rey. Es en este momento cuando apareció San Jorge, mató al dragón y rescató a la princesa. Todo este drama barroco se muestra en este fantástico cuadro.
Ahí le tenemos a San Jorge, vestido de militar (según se percibe en la foto del cuadro de Rubens) pisando al horrible dragón al que ha clavado un punzón mortífero en la médula espinal. La heroica hazaña de San Jorge se extendió por doquier. Rubens la inmortalizó en sus cuadros.

Las similitudes entre la muerte del dragón del lago , a manos de San Jorge, y la expulsión del Dragón diabólico a manos de san Miguel quedan patentes en sus iconos del cuadro de Rubens y del retablo de Aguilafuente.
En este retablo de Aguilafuente se capta a quien la piedad popular ha venerado como San Miguel, expulsando del cielo al dragón y sus ángeles. Según la Apocalisis:. dice: “Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón. También el dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Y fue arrojado del mismo cielo el gran dragón, la serpiente antigua el llamado diablo y Satanás, el seductor del mundo entero” (Ap.12,7-9).

Ante esta genial imagen, bellísima,del retablo de Aguilafuente (posiblemente única en la provincia de Segovia) si no se conoce la Palabra de Dios, que cita al “Dragón, llamado Diablo”, se irían al símil de San Jorge y el dragón de la historia pictórica antes citada. Pero la imagen de este personaje no tiene las alas típicas de Arcangel. Las alas, como señas de identidad angelical de San Miguel, las hemos comprobado visualmente en todas la imágenes de las iglesias, que están bajo el patrocinio de San Miguel. Aqui tenemos la Iglesia de San Miguel de Segovia .Véase en la foto la imagen central del retablo de San Miguel, expulsando al Diablo Satanás. Aquí le vemos con sus clásicas alas de arcángel.
Sin embargo, el icono de Aguilafuente no tiene alas. Está revestido de soldado, romano centurión, signo de poder y fuerza, teniendo bajo sus pies al dragón al que ame-naza con la espada en alto, al que aplasta , boquiabierto.
La estatua, tenida por San Miguel en Aguilafuente cumple su misión angelical cumpliendo la Palabra de Dios al pie de la letra. Al fin y al cabo las alas en san Miguel no están en la Biblia. Son fruto de la fe hecha cultura. En artículo publicado por este periódico (9 de febrero 2024) resaltamos la variante catequética del nuevo Catecismo de Adultos. Cada capítulo termina con un epílogo: “LA FE HECHA CULTURA”. Las dos representaciones artísticas de San Jorge y San Miguel no dejan de ser eso: representaciones de la fantasía artística, para manifestar, con imágenes, lo más importante: La verdad teológica de la “lucha” del Bien sobre el Mal, en nuestro mundo.
