Hace 600 años, un grupo de 14 parroquias de la ciudad de Segovia acordaron celebrar cada año una fiesta de exaltación de la Eucaristía para desagraviar el intento de profanación registrado en la Iglesia del Corpus.
Desde entonces y hasta ahora, las “catorcenas” han ido congregando la devoción hacia la Eucaristía de los fieles segovianos en las iglesias y parroquias del centro histórico —actualmente agrupadas en una Unidad Parroquial—, manteniendo viva esta tradición secular de carácter religioso.
Este año, la parroquia de la Santísima Trinidad, ha tenido la responsabilidad de organizar los actos de una catorcena muy especial, que conmemora el sexto centenario de su celebración en la capital, que culminaron ayer con una procesión eucarística en la que participaron cerca de un millar de personas.
Antes de la procesión, la hermosa iglesia románica de la Trinidad se quedó pequeña para albergar al gran número de segovianos que asistieron a la misa solemne presidida por el obispo de Segovia, Ángel Rubio Castro, y concelebrada por el Vicario General de la diócesis y responsable de la UPA Centro, Andrés de la Calle, así como por varios de los presbíteros de la unidad parroquial.
En su homilía, el prelado segoviano anunció oficialmente que a partir del próximo mes de octubre la diócesis instaurará de forma diaria la adoración semiperpetua del Santísimo, que podrá ser venerado en la iglesia del antiguo convento de los Franciscanos, hoy a cargo de la congregación de Operarios del Reino de Cristo.
Rubio Castro señaló que la exposición del Santísimo se realizará en este templo de ocho de la mañana a ocho de la tarde, y aseguró que su intención es que la imagen de la Sagrada Forma pueda ser venerada “las 24 horas del día” en un futuro cercano.
El obispo justificó esta decisión al asegurar que la “intimidad con Cristo” a través de la exposición de la Sagrada Forma abrirá “un tiempo de alegría y gratitud para Segovia” e instó a las parroquias , las familias cristianas y los religiosos y religiosas de la provincia a colaborar en esta iniciativa.
Tras la celebración, tuvo lugar la procesión eucarística que partió de La Trinidad para regresar al templo después de recorrer las calles del centro histórico de la ciudad, en la que participó el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes. Durante el recorrido, cuyo suelo fue recubierto por ramas de cantueso y pétalos de flores, se realizaron dos estaciones en la calle de Arias Dávila y en la Iglesia del Corpus en las que se realizó un breve ejercicio de oración ante la Santa Custodia. Los actos concluyeron con un refresco en el atrio de la iglesia.
