Restan seis jornadas (siete para la Gimnástica Segoviana) para que la competición regular en el grupo octavo de la Tercera División toque a su fin, y los dos equipos segovianos en la categoría están a muy poco de no poder confiar ni siquiera en las matemáticas para tener esperanzas de conseguir sus objetivos.
La segunda derrota consecutiva de la Segoviana ante un directo rival en la lucha por la fase de ascenso como es el Huracán Z ha cercenado prácticamente de raíz las ya de por sí escasas opciones que tenía el conjunto azulgrana de clasificarse entre los cuatro primeros al final de la liga. Diez puntos y tres puestos separan ahora a los azulgrana de la cuarta plaza, y aunque los de Paco Maroto tienen la opción de sumar tres puntos más que el resto de sus competidores, los del próximo 1 de abril ante el Aguilar, necesitarían hacer pleno de victorias en las seis jornadas que restan para el final, y aún hay que enfrentarse a Real Ávila, Valladolid B y Burgos, y esperar a que tres de los equipos que marchan por delante tropiecen al menos en la mitad de sus partidos. ¿Posible? Como todas las cosas. ¿Probable? Pues no demasiado.
Si mal le pintan las cosas al conjunto azulgrana, peor aún le van al Club Deportivo La Granja, que con once puntos de retraso sobre los puestos de permanencia, sólo tiene una baza a favor, que ya ha jugado contra todos los equipos más fuertes de la categoría, y que ahora tiene como rivales a conjuntos también implicados en la lucha por la permanencia, o a equipos que ya no se juegan nada en la competición.
Ganar ya no es una obligación, sino una necesidad para el conjunto del Real Sitio, que se quedaría al borde del descenso matemático en el caso de no ganar el próximo sábado al Numancia B en el campo de El Hospital. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, y tanto azulgranas como granjeños se aferran a este dicho para seguir con aspiraciones en la liga.