El maratoniano Óscar Moreno Rincón se ha convertido en el segundo deportista de Segovia que ha conseguido terminar el Abbott World Marathon Majors Star, el conjunto de las seis maratones más importantes del mundo (Boston, Londres, Berlín, Chicago, Nueva York y Tokio) al conseguir terminar la maratón de la capital nipona que se disputó el pasado domingo.
Desde que los equipos organizativos de estas seis maratones decidieron ponerse de acuerdo para formar un selecto club que premiara de alguna manera a aquellos deportistas que consiguieran terminarlas, han sido 6.600 los atletas que han obtenido la medalla conmemorativa que así se lo acredita. Entre estos ‘finishers’ de las seis carreras hay 262 españoles, entre los que se encuentra el histórico Martín Fiz, y hasta el pasado domingo solamente un segoviano Javier Sanz. A partir del pasado fin de semana, Óscar Moreno ya puede lucir con orgullo su medalla.
No fue una maratón sencilla para el atleta, al que un contratiempo familiar frenó en seco su preparación de la carrera. Afortunadamente, junto a su entrenador Fabián Roncero, el segoviano replanteó los objetivos, y llegó en un buen momento de forma a la línea de salida, pese a que una inoportuna contractura estuvo cerca de mermar su rendimiento.
Finalmente, tras recorrer 42.195 metros en los que se mezclaron todos los sentimientos, Óscar Moreno logró cruzar la línea de meta con un tiempo inferior al que se había marcado como objetivo, finalizando la última de las maratones que componen el Abbott World Marathon Majors Star, por lo que su nombre será incluido en el Wall of Fame, un mural donde están recogidos los nombres de todos los atletas que han recibido la medalla como ‘finisher’ de estas carreras, colocados por nacionalidades y orden alfabético.
De vuelta a Segovia, y tras recoger sus sentimientos a lo largo de la carrera en un breve ‘diario’ que será recogido próximamente en estas páginas, Óscar Moreno resumió perfectamente cómo se corre una maratón: “Treinta kilómetros con las piernas, diez con la cabeza, dos con el corazón, y 195 metros llorando”.
