Tal y como advertía una conocida revista de ‘la Movida’, Madrid me mata. Porque, mal que les pese a los madrileños, la capital de España respira aire contaminado. Y, por derivación, también Segovia. Los datos recogidos en la estación de control de la calidad del aire, ubicada en la calle de Las Nieves (barrio de San Lorenzo), corroboran este hecho. Se trata de una contaminación lenta e invisible, cuya eliminación supone un reto, pues exige una intervención en el foco de irradiación, esto es, la comunidad de Madrid, y a fecha de hoy no parece una tarea sencilla…
Del 1 de abril al 30 de septiembre de este año —periodo de seis meses durante el cual se mide el ozono—, un total de 114 días se ha superado en Segovia el nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 100 microgramos por metro cúbico de aire. Y si en vez de esa recomendación se tiene en cuenta el límite legal en España de exposición al ozono (120 microgramos por metro cúbico de aire), resulta que Segovia lo ha rebasado durante 33 días en este periodo.
A la hora de optar por el índice de la OMS o el establecido en la normativa de española, ‘Ecologistas en Acción’ prefiere el internacional, al entender que el nacional se encuentra “obsoleto”.
“Está claro que si cerca del 60% de los días de primavera y verano se superan las recomendaciones de la OMS, estamos ante un problema serio de salud pública”, sostiene Miguel Ángel Ceballos, portavoz regional de ‘Ecologistas en Acción’ en asuntos de contaminación.
En cualquier caso, el problema no es nuevo. El ozono se forma por la contaminación del oxígeno del aire con los óxidos de nitrógeno que salen de los tubos de escape de los coches, siempre y cuando haya una radiación solar importante. En los días de verano, cuando la nube de contaminación de Madrid se desplaza a la Sierra de Guadarrama y entra en Segovia, la estación de control del barrio de San Lorenzo registra altos niveles de contaminación por ozono. La cercana Ávila también sufre una situación similar. “Toda la montaña sur de Castilla y León está afectada”, revela Ceballos.
Desde ‘Ecologistas en Acción’ se recuerda que, cuando en los tres últimos años se rebasan los 25 días con niveles de ozono superiores a los permitidos por la legislación española —de 120 microgramos por metro cúbico—, la Administración competente debe elaborar un ‘Plan de Reducción de la Contaminación por Ozono’. Dado que esa situación se ha producido en el trienio 2013-2015, este colectivo se ha dirigido a la Junta con la intención de que, tal y como contempla la normativa, redacte ese documento. “Nos han respondido —revela Ceballos—, que es un asunto complicado, pues el problema tiene bastante que ver con la contaminación que llega de Madrid, así que han pasado la pelota al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente”.
En un escrito firmado el pasado 10 de agosto por el jefe del Servicio de Prevención Ambiental y Cambio Climático de la Junta, Jaime Fernández, éste reconoce que un plan de mejora de la calidad del aire local o regional, “resultaría probablemente difícil de aplicar”, toda vez que “las medidas de reducción de las emisiones antropologénicas deberían realizarse en grandes núcleos de población o actividades industriales de comunidades autónomas limítrofes y Portugal”, lo que “ a todas luces supera el ámbito competencial de la Administración Regional”.
De igual forma, Fernández señala que, “derivado de la insistencia de Castilla y León”, en mayo se reunieron todas las comunidades autónomas y allí el Ministerio informó que “se han iniciado los trabajos para conocer en profundidad la fenomenología del ozono en España (…) y desarrollar el Plan de Mejora de la calidad del aire nacional por ozono.
La respuesta no ha satisfecho a ‘Ecologistas en Acción’, que aunque es consciente de que no se trata de una empresa sencilla, ha anunciado que no cejará en su empeño. “(La Junta) no puede quedarse mirando a las estrellas en este tema; tiene las competencias en materia de medio ambiente y de salud, y no puede hacer dejación de sus funciones”. A este respecto, invitan a “sentarse a hablar con Madrid” para fijar políticas que reduzcan la contaminación a ambos lados de la Sierra de Guadarrama.
