Ante la réplica del busto que Emiliano Barral dedicó «con mucha admiración y cariño» a Antonio Machado, instalado a la entrada de la pensión en la que vivió durante 13 años en la calle de los Desamparados, Carmen, una poetisa local, depositó un pequeño ramo de claveles para simbolizar el afecto y el respeto de los segovianos a la figura del poeta y escritor que en esta pequeña ciudad castellana vivió una de las etapas más fructíferas de su carrera literaria, truncada por la guerra y el exilio que le llevó a morir en Colliure (Francia) un 22 de febrero de 1939.
Desde hace 30 años, y con la colaboración de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, los integrantes de la Tertulia de los Martes se dan cita en esta fecha en lo que hoy es la casa-museo dedicada al poeta para recordar su vida y su obra a través de sus versos más escogidos, a los que ponen voz segovianos anónimos.
En una tarde fría, con el cielo raso, cerca de un centenar de personas llenaron el exiguo patio de la casa-museo para tomar parte en este sencillo homenaje que tiene como único protagonista a la obra del autor de obras como «Soledades» o «Campos de Castilla».
El escritor Luis Javier Moreno fue el maestro de ceremonias de la jornada, recordando en su introducción inicial que 2012 es un año de «efemérides machadianas» como el centenario de la publicación de «Campos de Castilla» o de la muerte de Leonor, una de las mujeres más importantes en la vida del poeta. Además, señaló que este año Segovia asume la presidencia de la Red de Ciudades Machadianas, integrada por las capitales que marcaron el devenir vital del autor.
Tras la intervención de la Coral Segoviana «Voces de Castilla», que interpretó dos breves piezas polifónicas dedicadas al autor, el micrófono instalado a la entrada de la casa fue amplificando las voces de los ciudadanos y ciudadanas que decidieron sumarse al homenaje con la lectura de algunos de sus versos. Como en años anteriores, el profesor Jesús Hedo abrió el turno de intervenciones glosando la figura de Machado al asegurar que su poesía «surge de la memoria con el don preclaro de evocar los sueños», y dio paso al resto de personas que leyeron sus
versos.
Hombres, mujeres, jóvenes y maduros, leyeron o recitaron algunas de las obras más conocidas, con una mención especial a un grupo de alumnos norteamericanos de español que rompieron la barrera del idioma con la lectura de algunos de sus poemas.
En las últimas horas
En el acto, el escritor e investigador Jacques Issorel dio a conocer el libro «Último viaje, último verso de Antonio Machado», en el que muestra las últimas semanas de vida del poeta en el exilio a través del jefe de la estación de ferrocarril de la localidad francesa, con el que trabó una efímera amistad antes de su muerte.
Al concluir el homenaje, los presentes recibieron como obsequio el libro de actas del Congreso Internacional sobre Antonio Machado celebrado en Segovia en abril de 2000, así como un díptico con dibujos del poeta y de Charles Dickens, para recordar el bicentenario del nacimiento del escritor inglés.
