A medida que avanza la desescalada y los datos sanitarios de la pandemia son mejores, la demanda de test por parte de particulares en las clínicas privadas de la ciudad se estabiliza. Después de experimentar durante semanas un pico de presión social y de solicitudes, en las últimas fechas –ya sin lista de espera– los laboratorios recuperan cierta calma, aunque la necesidad, el miedo o las precauciones de muchos ciudadanos siguen ocupando a los centros médicos en la realización de test.
“Hay varios motivos por los que los pacientes demandan someterse a las pruebas. En los primeros momentos, sobre todo venían personas que tenían algún familiar afectado o que incluso había fallecido por coronavirus; también gente con familiares o parejas con enfermedades oncológicas o autoinmunes que querían extremar las precauciones. Y ahora estamos en una etapa en la que muchos quieren y saber si lo han pasado o si lo están pasando, porque seguimos encontrado muchos pacientes asintomáticos que tienen viremia positiva, infección en sangre positiva y que potencialmente son contagiosos”, explica el director del Centro Médico Los Tilos, Alberto Sonlleva.
En la clínica segoviana se realizan actualmente tanto la prueba de la PCR como el análisis serológico de detección de anticuerpos Ig M e Ig G. “Tanto los resultados de los tests como la indicación de que prueba es la más adecuada la valoramos en función del contexto clínico de cada persona. La PCR detecta de forma precoz la existencia de virus en las primeras fases de la infección respiratoria; mientras que hay que tener en cuenta que para que puedan detectarse anticuerpos en sangre pasa un período de varios días hasta que se activa la respuesta inmunitaria de manera suficiente. En ocasiones, si una prueba ha dado un resultado negativo pero la sospecha clínica es importante, debe realizarse otra prueba para confirmar que el paciente no está infectado por el coronavirus”, expone Sonlleva.
La realización de los test está ayudando, no solo a establecer un mayor control sobre la enfermedad, sino también a su conocimiento. “La enfermedad dura más tiempo de lo que parece en algunas personas y puede llegar a los 60 o 70 días, cosa que antes no se conocía; se pensaba que había un periodo de 14 a 21 días de fase de maduración, pero en los pacientes que se han hecho pruebas sucesivas los resultados han sido concordantes y hay que tenerlo en cuenta”, asegura el médico.
El director de Los Tilos reivindica, además, la labor y el servicio prestado por las clínicas privadas durante la crisis sanitaria: “La colaboración pública-privada tiene que existir y más en estos momentos, donde nosotros hemos prestado un servicio que va a servir para agilizar que la vuelta a la normalidad. Es muy difícil que el Estado pueda llegar a toda la población con los test; no hay que olvidar que se trata de pruebas caras, que requieren de personal preparado, de un aparataje específico y que hay problemas para conseguir los reactivos. Por eso también hay gente que acude a nosotros, que estamos ofreciendo resultados muy fiables”.
Sobre la cada vez más cercana vuelta a la ‘normalidad’, Sonlleva advierte de que, “aunque es bueno e importante que nos vayamos incorporando a la nueva normalidad, hay que tener todavía prudencia y cierta alerta”. “Sigue habiendo gente que es positiva y que no se nos puede olvidar. Hay que ir incorporándose, sí, pero creo que hay mucha gente que todavía no conoce su estado respecto a la enfermedad y que sería importante que lo supiera, porque a nivel personal, familiar y profesional es bueno conocerlo”, asegura.
