Los archivos de la provincia custodian algunos de los testimonios documentales más antiguos de España. En un entorno con grandes monumentos artísticos, históricos y arqueológicos, este patrimonio es uno de los valores más desconocidos de nuestra región.
El alcázar se alza imponente sobre Segovia. Es visita obligatoria para cualquier turista que se acerque a la ciudad. Sin embargo, pocos segovianos han utilizado la principal función a la que está destinada actualmente la antigua fortaleza: su archivo. Junto al alcázar, cientos de archivos se alzan en todo el territorio segoviano y entre sus cajas se encuentran algunos de los documentos de mayor valor e importancia histórica. Cuéllar o Sepúlveda cuentan con grandes archivos, reflejo de sus siglos de historia que son lugar de peregrinaje para investigadores y curiosos. Junto a ellos, archivos pequeños jalonan toda la provincia, pues algunos municipios pequeños, conservan documentación de los siglos XVI y XVII dentro de sus ayuntamientos y sin embargo, permanecen desconocidos incluso para sus propios vecinos.
El de la fortaleza alberga el Archivo General Militar de Segovia. Se trata del archivo más antiguo de las Fuerzas Armadas. Fue creado en el año 1898 para ocupar la documentación militar relevante y de valor histórico. Tras más de un siglo de evolución y 15 kilómetros de estanterías, actualmente acoge los expedientes personales de los oficiales y suboficiales del Ejército, aunque junto a ello también es el custodio de diferentes fondos traídos a Segovia para conservarlos por su relevancia histórica.
Algunos de estos fondos son el conjunto de Ultramar con legajos traídos desde Cuba, Filipinas y Puerto Rico tras la independencia de estos territorios en 1898, una referencia para estudiar la evolución de los últimas posesiones españolas en América y Asia; o Expedientes Matrimoniales, que muestran como desde el siglo XVI y hasta el XIX los miembros del ejército debían demostrar que no tenían antepasados musulmanes o judíos, o que se trataba de miembros de familias nobiliarias. Además de ello, las paredes de la fortaleza guardan el que es el documento más antiguo del Ministerio de Defensa, una carta de Perdón de los Reyes Católicos a Juan de Cárdenas de 1477.
En lo que se refiere a documentación antigua, la catedral conserva el otro gran archivo de la ciudad, el Archivo Diocesano. Fundado en 1120 y en funcionamiento hasta la actualidad, además de por la importancia y gran cantidad de documentos de relevancia histórica destaca por su conjunto de pergaminos y su amplio conjunto de documentación musical. Se trata de una de las principales fuentes para conocer el pasado en la provincia. Junto con privilegios de reyes, custodia libros parroquiales, registros de bautismo y de difuntos de la mayoría de los pueblos de Segovia.
Uno de estos documentos es un testimonio de los pagos de impuestos que hacían los diferentes municipios a la diócesis en 1247. A pesar de que no se trata del documento más visual o decorado, su importancia histórica radica en que al hacer una enumeración de villas y pueblos para muchos municipios es el primer testimonio escrito sobre los mismos.
Junto al diocesano, para conocer la historia de los diferentes pueblos de Segovia se alza el Archivo Histórico Provincial. El origen de este fue cumplir con un Decreto de 1931 que obligaba a trasladar y conservar los protocolos notariales por las provincias, llevando esta documentación que se encontraba en notarías y locales diversos. Sus documentos son el registro de la historia de Segovia y su provincia y entre ellos destaca la documentación del Catastro del Marqués de la Ensenada, donde se contienen descripciones de los diferentes pueblos que existían a mediados del siglo XVIII.
Por último, el Archivo municipal es el otro gran archivo de la ciudad. El acta de coronación de la reina Isabel la Católica y la documentación de la Junta de Nobles linajes se conserva en esta institución ubicada en la Alhóndiga aunque estas son solo algunas de las joyas de un archivo con casi 1000 años de documentos en sus estanterías
Un patrimonio en riesgo
El patrimonio documental no ha sido ajeno a pérdidas, accidentes y destrucciones. Se trata de un patrimonio muy frágil, constituido por papel, tinta o fotografías, materiales frágiles que a menudo se ven afectados por muchas condiciones. La temperatura o la humedad pueden destruir estos materiales, pero también los insectos, roedores o moho, que termina destruyendo los frágiles soportes donde se encuentran, borrando lo que se reflejase.
En Segovia han existido casos que afectaron a los archivos. Uno de los mayores desastres del patrimonio documental segoviano fue la destrucción del Archivo de la Diputación de Segovia. Un incendio acaecido en 1977 acabó con uno de los principales registros de la historia de la provincia. El archivo se ubicó en el Convento de Santa Cruz desde 1843, desde ahí custodió la documentación histórica generada por la Diputación e instituciones regionales y locales, destacando sus fondos de Obras Pías. En febrero de 1977 el fuego consumió casi la totalidad de los fondos, aunque entre los que se salvaron de las llamas podemos encontrar documentos del siglo XVI, fondos del Concejo de la Mesta y de Obras Pías.
El control de los depósitos donde se ubican los documentos es cada vez mayor, sin embargo, siguen sin permanecer ajenos a problemas. Otro accidente, más cercano en el tiempo, sucedió en el archivo del Alcázar cuando una fuga de agua en 2014 afectó a unos 600 legajos de los conservados en el archivo.
El testimonio de Segovia fuera de Segovia
La historia de los segovianos abarca más allá de los archivos de la propia provincia. Las líneas para escribir el pasado se pueden buscar también en otros fondos, como es el caso del Archivo Histórico Nacional, donde se custodia la documentación de instituciones como la Mesta, el histórico tribunal para la gestión de los ganaderos creada por Alfonso X y que tubo importante relevancia para la industria de los paños que floreció en Segovia.
En Simancas encontramos el archivo que custodia la documentación de la Corona Castellana en la Edad Media y Moderna, donde podemos encontrar numerosos testimonios como las cartas elaboradas por Juan Bravo, Padilla y Zapata durante la guerra de las Comunidades, o las peticiones de diversos nobles a la muerte del líder comunero. Por su parte, en Valladolid se encuentra el Archivo de Chancillería, que a modo de Tribunal Supremo, juzgaba las causas al norte del Duero. Más allá de los procesos judiciales, sus documentos permiten a los investigadores ver cómo se organizaban los pueblos segovianos y cuál era su situación en la Edad Media y hasta el siglo XIX.
Asimismo, para estudiar testimonios de nuestra historia más reciente como la documentación del proyecto autonomista de Segovia está el Archivo General de Castilla y León, entidad gestionada por la junta donde se guarda la documentación producida en relación a la comunidad autónoma.
Un patrimonio repartido y cercano
El patrimonio documental está repartido por todos los municipios de la provincia. Es el caso de Cuéllar que cuenta con el Archivo de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar y de la Casa Documental de Albuquerque, entre otros. Estos archivos son custodiados en la Torre del homenaje del castillo de la villa junto al archivo municipal. En el mismo podemos encontrar algunos documentos interesantes del siglo XII hasta la actualidad, testimonios de los reyes de Navarra, Aragón y Castilla que se relacionaron con las instituciones cuellaranas o las concesiones hechas por la reina Isabel La Católica a Beltrán de la Cueva, a quien se atribuyó ser el padre de la Beltraneja.
Muchos archivos diseminados por la geografía segoviana guardan joyas históricas. Es el caso de la Comunidad de Villa y Tierra de Maderuelo, que tiene documentos de 1520. Uno de los más singulares es el Archivo de Sepúlveda, con amplias referencias a su comunidad. A esta villa y su tierra le concedieron el fuero de Sepúlveda los todavía condes de Castilla, se trató de una de las recopilaciones legislativas más importantes de la historia Medieval de España, con influencia en otros municipios tanto de Castilla como de Aragón. No se conserva el documento original del fuero pero se conservan varias copias de diferentes momentos de la Edad Media y Moderna. Un estudio de Carmen Menéndez en 2007 señaló que de la más antigua de las versiones, el fuero latino, solo se conservan tres copias, una de la cuales en el archivo sepulvedano las dos se encuentran en Madrid y Lisboa, lo que le convierte en uno de los principales de la provincia.
Pero más allá de los archivos de las villas, es importante también señalar la importancia de los archivos de pequeñas localidades. Los archivos municipales también sorprenden con sus tesoros. Los ayuntamientos guardan documentos como actas de juicios, padrones o registros de bienes del concejo junto con reuniones de las autoridades municipales y a menudo se han reunido junto con los documentos de los juzgados de paz, documentos que en muchos casos abarcan desde el siglo XVI al XIX y que se guardaron celosamente porque eran parte de la administración del pueblo o porque podían servir como prueba de propiedad o de como había actuado el ayuntamiento en caso de juicio.
Es por ello que se emprendían medidas para garantizar su seguridad, algunas eran tareas sencillas como guardar los documentos en salas de piedra, para permitir que se salvasen en caso de incendio. Además había protecciones especiales como ocurre con los arcas de llaves, arcas de madera donde se dejaban los documentos y que eran cerrados por varias cerraduras cuyas llaves eran custodiadas por personas diferentes, de manera que todos tenían que estar presentes para poder abrir los arcas y, de este modo garantizar una seguridad e impedir que hubiese un robo.
Estos documentos incluyen en muchos de los municipios segovianos documentos que llegan hasta los siglos XVI y XVII. Se trata de un fiel reflejo de la evolución de los pueblos y a través de ellos podemos conocer la historia de sus gentes, de las calles, los servicios municipales o los conflictos que se daban. Asimismo, se puede reconstruir con su lectura la posición del municipio ante hechos históricos como la Guerra de la Independencia o las Guerras Carlistas.
Los archivos parroquiales
Aunque el Diocesano custodia entre sus muros documentos trasladados de diversas parroquias, muchas los conservan guardados en las mismas. Los documentos más comunes son los registros parroquiales, aunque en ocasiones se conservan libros de instituciones desaparecidas, documentación sobre la gestión de bienes de la parroquia cuya documentación se remonta a la Edad Media. Encontramos casos como el de la iglesia de San Clemente, que al desaparecer como parroquia su documentación se trasladó a San Millán y entre sus documentos hay testimonios de cofradías como la de las Santas ánimas (con documentos desde 1763) o San Clemente (con documentos entre 1687 y 1871) o del Rosario (1721).
Archivos abiertos
Los centros de archivo no son solo para investigadores de historia. Los trabajadores de los centros segovianos insisten en que cada vez es más común la asistencia de público general, ciudadanos que quieran consultar el valor de este patrimonio tan desconocido. Sin embargo, a pesar del aumento de este público, insisten en que sigue siendo difícil la asistencia a los archivos. Acceder a los archivos es un derecho de los ciudadanos y tan solo es necesario identificarte, aunque no es posible acceder a documentos que por alguna razón estén protegidos, como por ejemplo si contienen datos personales actuales o incluso si tienen datos
Junto a ello, señalan que la forma de relacionarse con los centros ha cambiado en los últimos años. Desde los últimos cinco años han aumentado significativamente las peticiones a los archivos para digitalizar los documentos en detrimento de los usuarios que asisten a investigar a las salas del archivo. Además, muchas de estas instituciones realizan exposiciones y colaboran con algunas de las muestras, realizan días de puertas abiertas y cada vez son más los segovianos que se acercan hasta ellas.
Asimismo, no solo son investigadores los que se acercan a los archivos, cada vez son más los segovianos que deciden consultar en ellos. Algunos por interés histórico, como recoger el pasado de su pueblo, reconstruir su árbol genealógico o recoger sus documentos. En otros casos, se acercan para recoger información para realizar un trámite, como consultar la evolución de propiedades o pedir una copia del expediente de la mili para poder demostrar ese paso por el ejército como un tiempo cotizado y llegar antes a la jubilación.
La tarea de los archivos continúa, guardando la historia de la provincia y sus habitantes. Los numerosos fondos segovianos seguirán creciendo, protegiendo el fiel testimonio de esta tierra, para en la posteridad a todos los que se quieran acercar a puedan reconstruir la historia de esta tierra.