La nueva prueba de evaluación final de Bachillerato que a partir del próximo curso servirá para acceder a la Universidad será similar en Castilla y León a la hasta este año existente selectividad.
Pocos minutos después de que el Consejo de Ministros aprobara ayer decreto por el que se regulan las evaluaciones finales de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y de Bachillerato de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), la directora general de Universidades de Castilla y León, Pilar Garcés, intentaba tranquilizar a los estudiantes de la región.
En lo que respecta a la prueba de Bachillerato, Pilar Garcés aseguró que “va a ser similar” y “se va a realizar de una manera muy parecida a la selectividad”. “Lo único es que se examinarán de cinco asignaturas troncales, dos opcionales y una específica que será a elección del alumnos pero —añadió la representante de la Consejería de Educación—por lo demás va a ser igual”. En este sentido se refería a que la nota final se ponderará como se había hecho hasta ahora: en un 60% la media de las calificaciones obtenidas en Bachillerato y en un 40% la calificación de la ‘reválida’.
“No hay que estar preocupados” remarcó ayer a esta redacción la directora de Universidades de Castilla y León, reiterando que la aplicación en la región del decreto aprobado por Consejo de Ministros “para las familias no va a suponer un cambio drástico, para nada”. Los cambios afectan más a las administraciones, en cuestiones organizativas, si bien “en Castilla y León ya estábamos muy preparados —argumentó Garcés—porque somos la primera comunidad autónoma que habíamos organizado el proceso de cambio de la selectividad por si acaso se producía”. “No va a tener un impacto negativo”, añadió.
En todo caso, Pilar Garcés admitió que hay flecos sueltos en cuanto a fechas y duración de las pruebas debido a que “el Ministerio ha tardado tanto en sacar el decreto” que ha llegado en vacaciones y con poco margen de tiempo para giros. Habrá “dos o tres jornadas de exámenes” y “más o menos se mantendrán las mismas fechas que hasta ahora”, comentó. La selectividad o pruebas de acceso a la universidad que este año se despide, se realiza en la primera quincena de junio y en la primera quincena de septiembre.
Las universidades iniciarán el próximo curso el día 5 de septiembre, cuando aún no se han desarrollado la selectividad y menos aún se conocen los resultados que cierran o abre las puertas de las instituciones académicas. “Este desajuste existe desde hace tiempo, casi desde que existe la selectividad, aunque se ha acentuado después del Plan Bolonia, y desde luego hay que hacer algo para ir cambiando esta situación”, comentó Garcés.
Secundaria Las reválidas que ayer recibieron luz verde del Gobierno, serán obligatorias para obtener el título de la etapa y la de Bachillerato servirá también para acceder a la Universidad.
La evaluación de ESO (alumnos de 15 y 16 años) se pondrá en marcha en 2017, pero no será hasta 2018 cuando los alumnos tengan que aprobarla para obtener el título de la ESO. Lo mismo ocurre con la de Bachillerato (17 y 18 años), que en el primer año de aplicación, 2017, no servirá para titular, pero sí para acceder a la Universidad.
Las pruebas finalmente no van a ser tipo test, no habrá un único examen el mismo día para todos los alumnos de todas las autonomías y no se publicarán los resultados para evitar rankings de centros docentes.
Las comunidades autónomas tendrán la potestad para organizar las evaluaciones y fijar las preguntas de los exámenes. El Ministerio, por su parte, fijará las características, el diseño de las pruebas y su contenido.
