Es usted autor de libros como: “Un Imperio de ingenieros”, “82 objetos que cuentan un país. Una historia de España” o “Extremo occidente. Ensayos sobre la ciudad hispana en la primera globalización”. Ha sido nombrado recientemente director de la cátedra del español y la hispanidad de las universidades de Madrid ¿Cuál es el objetivo de esta cátedra?
La cátedra del español y la hispanidad de las universidades de la CAM es una iniciativa que pretende aportar seminarios prospectivos, redes de investigación y capacidades de divulgación sobre el español como recurso y sobre la Hispanosfera como comunidad cultural y emocional.
En inglés nuestra cátedra se denominaría Chair of Spanish and Hispanic Heritage. Como dice Fernando Rodríguez Lafuente nuestro petróleo es el español, el idioma. Somos una comunidad de hablantes que pueden compartir políticas, cultura, economía. Además creemos que es importante apoyarse en la difusión o redescubrimiento de la historia. En el pasado existe una verdad histórica por recuperar, mediante la no ficción. El mundo americano es importantísimo. La hispanidad es el primer escalón de la historia global y el imperio español fue el origen de más de 20 naciones actuales, incluída España. Sabemos además que hubo conquistadores indios, mestizos, africanos, que existieron blancos de orilla, que la historia del mestizaje es única y compleja. Hace de la hispanidad algo único. Nuestra misión es la prospectiva del español y la hispanidad en la globalización de hoy.
Esta cátedra ha sido acogida por la Fundación Madridmasd, coordina actividades de las 18 universidades de la Comunidad de Madrid y tiene el apoyo de las consejerías de Educación y Cultura. La colaboración que promovemos busca acercarse a preguntas y problemas, en vez de a disciplinas. Por eso vincula a filólogos, politólogos, especialistas en Historia, Filosofía, Literatura. El espectro es amplio.
El consejo ejecutivo incluye rectores de universidades públicas y privadas. Asimismo tenemos un Consejo Asesor que incluye personalidades académicas extraordinarias como Tamar Herzog de la Universidad de Harvard, Diego Garrocho de la Universidad autónoma de Madrid, Tomás Pérez Vejo de la ENAH de México, Pedro García Barreno de la RAE, Eduardo Posada Carbó de Oxford. Consideramos que es un Consejo vinculado a la Hispanidad global actual.
Como he comentado hacemos seminarios prospectivos y buscamos temas relacionados con el español y la hispanidad que no hayan sido tratados. Este curso por ejemplo ya tuvieron lugar “Los viajes audiovisuales del español” y “Los nombres globales de Madrid”. Nos interesa también estudiar el español y próximamente tomaremos parte en un seminario en la Universidad de Alcalá de Henares, cuya proclamación como Patrimonio de la Humanidad ha cumplido 25 años.
Otro programa que queremos desarrollar es el de “Conversatorios en la Hispanosfera” y habrá unos premios que reconocerán instituciones y personas extraordinarias. Solo llevamos 9 meses de andadura. La óptica que queremos dar a nuestras actividades esperamos que permita superar estereotipos del fracaso, el victimismo y solo mostrar lo pésimo que tenemos.
—Es Vd. profesor asociado en el Instituto de Empresa ¿qué asignatura/s imparte?
—Doy clase en inglés de Historia Global. Soy optimista. Creo que los alumnos del IE y otras instituciones que vienen aquí desarrollan un gran interés por el idioma y por la historia y cultura de España. Los cursos de humanidades son fundamentales. También doy programas en español a ejecutivos.
—¿Cómo se combinan en una escuela de negocios los estudios de administración de empresas o más técnicos con las humanidades?
—Como he comentado las humanidades son transversales a grados y másteres. Resultan imprescindibles para explicar la globalización y darle sentido.
—Ha escrito recientemente un libro, con Felipe Fernández Armesto “Un Imperio de ingenieros” ¿Qué nos puede decir sobre ello?
—Una de las preguntas que hay que hacerse es ¿Por qué duran los imperios? En el caso del español por el mestizaje, los intereses culturales compartidos y las infraestructuras y obras públicas, a imagen del imperio romano. Creemos que estas son algunas de las razones de su perdurabilidad. Este libro se traducirá al inglés en 2024. Nos interesó la historia de la técnica y la ciencia en el mundo, en el estadio preindustrial. Sin ingenieros, muchos y buenos, no habría habido imperio español.
—Participó en la excelente obra “Atlas de los exploradores españoles” ¿Se ha difundido lo suficiente? ¿Se ha traducido a otros idiomas?
—Hay una edición en inglés de 2016 y ha salido recientemente una edición en rústica. Fui el editor científico y reunimos casi treinta autores especialistas en descubridores y exploradores españoles. Hay pequeñas y grandes historias, con gente curiosa y héroes de frontera a lo largo de cuatro siglos. No puede decirse que haya altos y bajos en la exploración española, sino una constante a lo largo del tiempo. Siempre hemos sido exploradores.
—También ha participado en el documental “España, la primera globalización” ¿qué opina de su impacto?
—Ha sido un honor y además una grata sorpresa tener el público tan numeroso y agradecido que hemos tenido, porque demuestra que hay un público para la historia rigurosa y profesional, tanto en audiovisual como en texto, en España y en América.
—Además, ha escrito sobre la red de ciudades en Iberoamérica que otro historiador, Tomás Pérez Vejo, llamó “Repúblicas urbanas en una monarquía imperial” ¿Qué nos puede decir sobre ellas?
—Creo que el imperio español fue un imperio de ciudades. Felipe Fernández-Armesto señala que cuando dos españoles se encuentran en una frontera lejana fundan una ciudad, mientras que dos ingleses fundarían un club.
—¿Qué estereotipos son más comunes en Europa sobre España?
—Hay un conjunto de argumentos contradictorios: la leyenda negra sobre el imperio, la visión romántica del siglo XIX y el relato sobre la génesis de la democracia entre 1975 y 1978, que lleva a la normalización. Son los estereotipos comunes y el problema, más que la heteroimagen, el cómo nos ven, es la autoimagen, el cómo nos vemos, la interiorización del estereotipo ajeno y el complejo de inferioridad, que es ridículo. Es un tópico común, pero España tiene la peor autoimagen entre los países de la OCDE.
—Es Vd. un gran conocedor de Malaspina, ¿Qué nos puede contar de su expedición?
—Enfocándome en Malaspina, quiero resaltar que estoy en contra de los ataques que hay contra la España del siglo XVIII. No es un siglo de decadencia, sino un siglo donde el imperio fue renovado, industrializado, ilustrado y bien administrado. Sin la historia global del mundo hispánico, no se puede explicar la globalización de hoy.
—¿Qué está investigando ahora?
—Estoy investigando sobra naufragios, galeones y otras historias del mar. Hay mucho que buscar, por la formidable historia marítima de España.
—¿Qué consejos daría a las nuevas generaciones de historiadores?
—Mi sugerencia sería que escriban bien, que se comuniquen aún mejor, que cuiden a su público y que usen tanto los medios escritos como los audiovisuales.