La Catedral de Segovia vuelve a abrir al público la capilla de Santiago Apóstol tras un año de restauración que ha devuelto a la estancia el esplendor del momento de su construcción en el siglo XVI.
Durante la mañana de hoy, se celebró un acto de inauguración en el que intervino el deán de la Catedral, Rafael de Arcos Extremera, el canónigo responsable de salas del Cabildo, José Antonio Velasco Pérez, una de las restauradoras encargadas de esta intervención, Paloma Sánchez González, y para finalizar, el obispo de Segovia, Jesús Vidal Chamorro.
Las obras, que comenzaron hace casi un año, desde febrero de 2024 hasta noviembre del mismo año, abordaron la el retablo, la bóveda, la reja del espacio de la capilla y la cripta, la cual además, es la única con la que cuenta la Catedral.
Según ha explicado durante la presentación la restauradora Paloma Sánchez, el estado de conservación de la capilla, dedicada al patrón de España, mostraba daños en la bóveda ocasionados por filtraciones de agua de la cubierta, ya solventadas, y pérdida de decoración pictórica. En esta parte, compuesta por nervaduras, secciones y claves ricamente decoradas, se llevó a cabo una limpieza superficial, consolidación y fijación de los diferentes sustratos y la reintegración cromática de la decoración pictórica con métodos y recursos adaptados.
En el retablo, obra del arquitecto Pedro de Bolduque, encargado en 1580, que alcanza los doce metros de altura, se acumulaba suciedad superficial, especialmente en el ático donde se ubican las figuras de Jesucristo, de san Juan y la Virgen. En la parte inferior era más notable el efecto de las quemaduras y el humo de velas para lo que se efectuó un tratamiento de limpieza general, consolidación del soporte, limpieza de los estratos dorados y policromías, y la reintegración cromática.
La reja de esta capilla, confiada a Juan de Salamanca en 1594, finalizada en 1599 y dorada en 1609, está compuesta de dos cuerpos y remate. Se ha limpiado la suciedad y procedido a eliminar las zonas oscurecidas y oxidadas con un tratamiento de limpieza química del dorado y policromías, limpieza mecánica de los focos de oxidación y una protección final con barniz.
LA SINGULARIDAD DE LA CRIPTA
La capilla de Santiago Apóstol dispone además de la única cripta en la Catedral, ya que en la época de su construcción lo habitual era que los enterramientos se realizaran en el espacio donde actualmente se asienta el enlosado.
En esta descansan el fundador de la capilla, Francisco Gutiérrez de Cuéllar, contador de Felipe II y su mujer, Tomé Bernaldo de Quirós. Un retrato del contador, que era miembro de la orden de Santiago, puede verse en la parte inferior izquierda del retablo, así como su escudo de armas en la derecha.
La cripta, que fue construida en 1589, se distribuye en dos estancias que durante la restauración, han traído algunas de las mayores sorpresas.
La más pequeña resalta con una bóveda decorada en grisalla con ángeles portando los atributos de la Pasión de Cristo y, en la pared frontal o testero, un Cristo Crucificado con Santiago Peregrino a la derecha. En esta estancia, se ha limpiado la suciedad acumulada y saneado de florescencias salinas hasta lograr descubrir parte de la decoración de los muros, además de consolidar y reintegrar las pérdidas de enlucidos para su posterior reintegración cromática.
Sin embargo el mayor descubrimiento se hizo en la cámara de mayor tamaño, panteón de su fundador.
Antes de dar comienzo a la restauración, entre las pinturas murales se observaba en la bóveda restos pictóricos de un sol, un escudo de armas del fundador de la capilla en la parte posterior de la sala, y parte de una inscripción sobre Gutiérrez de Cuéllar que rodeaba el espacio. En la eliminación de enlucidos de la bóveda apareció una cruz de la Orden de Santiago de siete metros de largo y cuatro de ancho y, bajo los enlucidos del paramento oeste, las caricaturas de dos personajes. Con el descubrimiento se consolidó el sustrato, rellenó y niveló, y se reintegraron las lagunas de soporte, siempre respetando la obra original.
La pintura de la losa de granito en la que se representa a la Virgen de la Antigua y que preside la sala se consolidó para evitar más pérdidas y reintegraron cromáticamente las pequeñas lagunas de color. En el suelo se ha instalado una solera ventilada a una distancia determinada de la base para permitir la evaporación del agua y evitar la humedad.
Las obras, con un coste de 230.000 euros, han sido autofinanciadas por el Cabildo de la Catedral gracias a la venta de entradas al templo.
Secretos de construcción
La restauración en la capilla de Santiago Apóstol ha dejado al descubierto numerosos secretos que durante siglos, permanecieron escondidos en rincones tan peculiares como el friso de la reja o la parte trasera del retablo. Una vitrina instalada en la propia capilla, muestra ahora los hallazgos realizados por el equipo de restauradoras.
Durante las labores de limpieza, aparecieron diferentes objetos utilizados en la decoración original de finales del siglo XVI, además de elementos ornamentales y de gran curiosidad.
Durante las tareas de eliminación del polvo de la reja se halló una zona hueca en el friso de la verja que contenía trozos de luminarias, una estampa de la virgen del destierro, pergaminos, materiales originales utilizados en la ejecución de la policromía de la reja, una pelota de cuero o una moneda de ocho maravedíes de 1604 con la Ceca de Segovia.
En la parte baja del retablo, a través del acceso de la base de Santiago Peregrino, fueron rescatados diversos objetos curiosos como pequeños jarroncitos utilizados como soportes de elementos decorativos, apagavelas, cerámicas, una brocha, un punzón para perforar o trozos de cartas datados a principios del siglo XVII.
De los pedazos encontrados, han podido recomponerse algunas cartas, de las cuales dos se pueden ver en la exposición, ya que se encontraban en buen estado de conservación.
Una de ella trata sobre sucesos particulares ocurridos en la ciudad de Segovia y dirigidos hacia Madrid. Cuenta con indicativo de la Casa de la Moneda y está fechada en 1627. La grafía es propia de la época y está escrita en dos hojas por las dos caras.
La segunda carta manuscrita muestra solo algunos pedazos, ya que no se ha podido recuperar entera. Hace referencia a vivencias particulares en la ciudad de Segovia. Igualmente, la grafía es la propia del siglo XVII.
Las cartelas de la exposición, en español e inglés, contienen códigos QR, con los que se puede acceder a vídeos explicativos sobre las técnicas del dorado empleadas en la reja y retablo o cómo se reproducían los dibujos de los plementos de la bóveda.