El Ayuntamiento de Segovia renovará con teja tradicional los elementos rotos, con microrroturas o desperfectos de la antigua Cárcel o Casa de Lectura, y no con teja cerámica nueva, como era la intención inicial hasta hace menos de una semana, tal y como ha sido testigo este periódico y se visualiza en las fotos que acompañan a este reportaje. El concejal de Obras, Miguel Merino, ha rectificado personalmente la idea original recogida en el proyecto firmado por el arquitecto Miguel Ángel García Grande y que atendía a las obras de acondicionamiento y remodelación del citado edificio, declarado Bien de Interés Cultural el 29 de junio de 1985. El proyecto, fechado en marzo del 2019, tenía la siguiente redacción: “Se propone el levantado de la teja, desechando la que esté en mal estado y reaprovechando la que permanezca íntegra para su recolocación (…) Posteriormente, se volverá a recolocar la teja recuperada y a completar lo que fuera necesario con teja similar, cerámica curva en canal y cobija”.
El jueves 27 de agosto se acopiaba en la calle Herrería unos palés con la nueva teja, distinta a la teja tradicional segoviana en cuanto al grosor de su capa cerámica, aunque con cierta similitud en lo referente a las dimensiones y al grado de la curva de la sección troncocónica. El catedrático de Historia de la Arquitectura y correspondiente de la Academia de San Quirce, Fernando Vela, comenta esta circunstancia. “Las nuevas piezas cerámicas, si son buenas, poseen un grado de cocción superior que las antiguas, lo que les permite reducir el gramaje del material arcilloso”. Es la explicación técnica. Pero a este periódico le intrigaba el por qué no se reponían las tejas rotas o atomizadas –debido a su mala calidad y producto de restauraciones anteriores- con teja vieja recuperada o adquirida en el mercado y procedente de construcciones arruinadas. La explicación inicial –luego corregida por el concejal- la dio Sergio Sanz, ingeniero responsable de Codec, la adjudicataria de la obra: “Hemos recuperado la teja que hemos podido, limpiándola de hongos y musgo, y hemos comprado la que hemos encontrado”. Que no era suficiente. Por eso se ideó poner la teja nueva como canal, y la recuperada o vieja, como cobija. El resultado fue el que muestra la foto con la que se inicia este reportaje. Una muestra que ahora se obviará en las cuatro aguas con que cuenta el edificio. No solo eso, sino que la limpieza de las tejas anteriores está siendo minuciosa y realizada con extremo cuidado.
Hay que tener en cuenta, además, que debajo de la teja de la Cárcel Vieja habrá una primera capa de poliuretano, y sobre ella se inyectará una capa de compresión de mortero de cemento sobre la que se asentará el lomo de la teja, que adquiere así mayor fijación a la vez que se consigue una mayor impermeabilización de la cubierta, aunque en este caso al utilizarse una teja como cobija este riesgo está muy disminuido.
Teja a la árabe, no a la segoviana
La otra cuestión pendiente en los trabajos de rehabilitación va referida al procedimiento de colocación de las piezas de cerámica sobre la cubierta: en el tejado de la Cárcel Vieja desde antiguo no se respeta el método tradicional a la segoviana, con tejas solo en canal y sin cobija, elemento este característico de la teja a la árabe. Desde 1946, en que se convirtió en biblioteca el edificio que había servido de cárcel hasta 1933, y desde 1737 –aunque su uso como tal es anterior, no en vano estuvo preso Lope de Vega en 1577-, las obras han sido varias. La última, durante 1999 y 2000 –proyecto de 1998-. ¿Cuándo se adoptó el modo de hacer a la árabe y no a la segoviana? La respuesta es incierta. Ya el 12 de diciembre de 1999 Ana María Herrero, miembro destacado de la sociedad civil segoviana, escribía en EL ADELANTADO un artículo en el que denunciaba la sustitución de “materiales antiguos de probada eficacia e indudable belleza por otros de más que dudosa calidad y desde luego absolutamente antiestéticos”. “Esta cubierta se restauró en los años sesenta respetando lógicamente la teja antigua”, aseguraba Herrero.
El artículo 53 del Plan Especial de Áreas Históricas de Segovia (PEAHIS) es muy claro en cuando al modo a la segoviana: “Se mantendrán la forma y características originarias de la cubierta. En caso de que hubiera sido alterada, se recuperará la configuración originaria si se dispusiera de documentación o trazas materiales”. En el párrafo siguiente insiste en que la teja tendrá que ser “colocada a la segoviana, esto es, a canal”. El artículo 89 también redunda en el mismo sentido.
No están tan claras las cosas en cuanto al material de la teja, aunque el mismo artículo 53 recoge que “se conservarán o repondrán los materiales de cobertura tradicionales (…), como teja cerámica curva de color ocre-rojizo”. Sin embargo, en su último párrafo especifica que “cuando se repongan materiales de cubierta deteriorados con otros nuevos, se garantizará su integración adecuada en el conjunto de la cubierta en cuanto a composición, tamaño, formas, color y textura”.
No obstante, hay que matizar que cuando se aprobó el proyecto de rehabilitación el PEAHIS no estaba en vigor. Aprobado inicialmente en 2015 la tramitación administrativa se demoró de manera considerable hasta que, por fin, en enero del 2020 el plan especial entró en vigor, con posterioridad a la fecha del proyecto de rehabilitación y obra de la Cárcel Vieja. Miguel Ángel Muñoz, arquitecto técnico municipal, contesta a la pregunta: “Hemos procedido según indicaciones de la Comisión de Patrimonio, que nos indicó que se dejara la forma de la cubierta tal y como estaba”.
La misma opinión mantiene el concejal de Obras del Ayuntamiento de Segovia, Miguel Merino: “Los proyectos tratan de coordinarse con la Comisión Territorial de Patrimonio. Mantenemos la disposición de la cubierta anterior. Otros edificios con protección patrimonial están realizados de la misma manera”. El concejal también reconoce que detrás del cambio del proyecto inicial se encuentra el respeto a la opinión de los vecinos, en este supuesto vehiculada a través de un medio de comunicación como es EL ADELANTADO: “Es bueno que los vecinos se preocupen por los proyectos de las administraciones que les afectan, y es obligación de las administraciones escuchar al ciudadano, generar una empatía mutua”. Este caso, que ha protagonizado el presente reportaje, es un buen ejemplo de ello.

La teja segoviana
El tejado típico segoviano lo constituye la unión de dos elementos: la teja árabe, aunque con un cono más abierto, menos cerrado, y con un marcado acento de trapecio isósceles –es decir, con solo de sus dos lados paralelos, los más cortos, aunque de distinto tamaño, puesto que en los otros dos, los largos, su paralelismo queda distorsionado por esa diferencia de tamaño de los cortos- y la colocación en canal, con el lomo de la teja sobre el lecho de barro o de arcilla triturada con la que se cubre el tejado para darle impermeabilidad –a torta y lomo-. Solo en las cumbreras o parte aguas y en los aleros tiene cobija, una pieza que, invertida, se coloca entre las aristas de dos tejas. La parte más estrecha se instala sobre la más ancha de la siguiente, haciendo efecto de escama.
La antigua cárcel de Segovia
La Cárcel Vieja, hoy Casa de Lectura, es uno de los edificios emblemáticos de Segovia, no solo por su significado histórico –sirvió de prisión hasta 1933- sino por sus características arquitectónicas que le hizo acreedor de la declaración como Bien de Interés Cultural en junio de 1985.
Aunque parte del edificio ya estuviera construido –en él estuvo encerrado Félix Lope de Vega en 1577- la fisonomía actual se debe a la reforma que se realizó en 1737, tal y como atestigua la placa conmemorativa que aparece en el zaguán de la casa. Posiblemente sustituyera a un monasterio cisterciense previo que después cumplió con la función carcelaria. Es un sólido edificio clasicista de forma trapezoidal, aunque rectangular en planta, todo él de sillería y mampostería de granito en fachada y muros. Seguía los parámetros en cuanto a la piedra que se acostumbraba en los edificios nobles y burgueses de Segovia desde el siglo XVI, cuando sustituyó a la caliza y a la mampostería. Llama la atención el movimiento que se percibe en la forma circular de las esquinas apilastradas del edificio, y los añadidos en caliza –piedra más fácil de tallar- de sus pináculos y espadaña, elementos todos más del gusto barroco, coherente con la fecha de levantamiento de la nueva obra.
En el año 1946 el edificio se convirtió en Biblioteca, Archivo y Museo, después de la adecuación de su interior y de su cesión al Estado por parte del Ayuntamiento de Segovia. Figura ese año como alcalde de la ciudad Andrés Reguera, y como director general de Bellas Artes Juan Contreras, Marqués de Lozoya, ilustre vecino de la ciudad. La última reforma conocida, antes de la actual, tuvo lugar entre los años 1999 y 2000 y corrió a cargo del Ministerio de Educación y Ciencia.
