La pipa de girasol ha empezado a cotizar en la Lonja Agropecuaria de Segovia a petición de los productores, de modo que se ha renriquecido la mesa de precios dedicada a los cereales.
La iniciativa partió de los propios agricultores, que propusieron al presidente de la Lonja, Nicéforo González, la incorporación de este producto a las reuniones de los jueves. Recuerdan que en los últimos años el girasol ha ganado peso en la provincia de Segovia, y que representa una parte importante de la actividad primaria, en especial en comarcas agrarias como la de Cuéllar, y en la mitad de la de Sepúlveda.
En su estreno, el girasol marcó un precio de 300 euros la tonelada (49,8 pesetas el kilogramo). Se trata de un valor notablemente inferior al del año pasado, en el que se marcaron precios históricos nunca conocidos. Por estas fechas, el valor de la tonelada de girasol en Segovia estaba por encima de los 530 euros la tonelada.
A pesar de las perspectivas que podrían haberse abierto para esta nueva campaña con aquellos altos precios, la superficie sembrada este año ha descendido en torno a un 5 por ciento, según los datos de la Consejería de Agricultura. La razón se debe a las dificultades que presentó para la siembra la abundancia de lluvias caídas en marzo y abril, y que mantuvieron encharcadas las tierras durante buena parte del tiempo.
Con la incorporación del girasol a las tablillas de precios, la Lonja de Segovia amplía así su actividad y el objetivo de servir de marco de referencia para las transacciones que se realizan en el campo. Los agricultores venían reclamando un órgano que les sirviera para conocer la situación del mercado de este producto, que se encuentra estos días en la última fase de cosecha.
Incertidumbre de cobro.- Los productores de girasol quieren eliminar la incertidumbre que les produce la forma en que tradicionalmente se comercializa el girasol en Segovia. Los agricultores entregan a los almacenistas las pipas, sin haber establecido previamente un precio, lo cual deja en el aire la cantidad económica real que van a recibir. Con los precios marcados en Lonja podrá saberse el precio que realmente tiene el mercado en el momento en que se realice el pago.
Por este motivo, el presidente de la Lonja segoviana, Nicéforo González, ha explicado que la intención es que la mesa de precios se mantenga al menos seis meses, que es el tiempo que dura la venta de las pipas desde que comienza la recogida. Pero todavía no se ha decidido si será una mesa temporal o anual, como ocurre con otros cereales, como trigo, cebada y centeno.
Respecto a la marcha de la campaña en la provincia, González ha señalado que en los próximos días se dará por finalizada. Esta campaña se ha caracterizado por ounos resultados de producción bastante inferiores a lo previsto en un principio.
Según la organización agraria Asaja, los rendimientos quedarán en torno a los mil kilogramos por hectárea en las zonas de mayores posibilidades y tradición en este cultivo, mientras en las zonas de con menor rentabilidad el rendimiento podría bajar en un 20 por ciento sobre la media provincial.
La razón fundamental de esta caída la explican con la falta de lluvias de verano. La siembra se hizo en unas “condiciones razonables”, incluso se llegó a resembrar en las zonas dónde falló la primera vuelta y se veían demasiados claros en los surcos. Sólo algunas tormentas aisladas consiguieron que en determinadas zonas los frutos siguieran un desarrollo estable, añaden.
El cultivo de girasol se ha consolidado en la provincia de Segovia, donde se implantó hace unas cuatro décadas. Los agricultores lo utilizan como una alternativa en la rotación del cereal para las tierras de cultivo, y como una segunda fuente de ingresos, que puede compensar los años malos de los cereales y que, en cualquier caso, supone una alternativa más para la renta de los productores que en esta tierras de secano, que intentan evitar el “cultivo único” del cereal, lo cual también favorece a la ganadería.
Una tonelada de pipas por cada hectárea.- El rendimiento medio que se ha obtenido este año en la provincia de Segovia en las fincas dedicadas a girasol está rondando los mil kilogramos por hectárea, aunque se han registrado importantes variaciones, según las zonas y la incidencia que ha tenido la climatología de la pasada primavera y las tormentas del verano.
En todo caso, la producción ha sido mayor que la del año pasado en el que los rendimientos medios se situaron en los 900 kilogramos por hectárea. Al igual que ocurrió este verano con los otros cereales, como el trigo y la cebada, una mayor producción no ha significado esta campaña más beneficios debido a la reducción de los precios.
Para las organizaciones agrarias, al menor rendimiento en las tierras hay que sumar la “espectacular bajada de los precios” y que atribuyen a la presión de la industria aceitera. Pero recuerdan que este cultivo requiere un mayor aporte de fertilizantes y tratamiento con fitosanitarios.
De cualquier manera lamentan que el valor haya descendido cuando España sigue siendo deficitaria y ex preciso la importación de grandes cantidades de pipas cada año tanto para la producción de piensos compuestos como para la elaboración de aceite de consumo.
