Para saber el tiempo que hará en los próximos días, la mayoría de gente siempre ha comprobado la previsión meteorológica en el periódico, la televisión, la radio… Y, con los avances digitales, muchos lo comprueban en diversas páginas web de Internet, en alguna aplicación móvil o, incluso, los hay que ya se lo preguntan a las inteligencias artificiales. Sin embargo, y a pesar de toda esta tecnología, una de las formas que ha demostrado ser más fiable a la hora de predecir el tiempo es también uno de los más tradicionales y vetustos que existen: el método de cabañuelas.
Se trata de un sistema que no necesita de ni de mapas, ni de satélites, ni de . Solo consiste en la simple pero precisa observación de los elementos de la naturaleza que tenemos a nuestro alrededor, razón por la cual es la gente de campo la que lo suele conocer. No es fácil de aprender y requiere de mucha experiencia, pero quienes lo dominan se han convertido prácticamente en meteorólogos. Uno de los mayores exponentes de las cabañuelas en España se encuentra en la provincia de Segovia. Se trata de Pedro Sanz, un pastor de ovejas jubilado proveniente del pequeño pueblo de Rades de Abajo, cerca de Pedraza. Él saltó a la fama en enero de 2021, cuando predijo las nevadas que traería la borrasca ‘Filomena’: “Fue más cantidad de lo que esperaba, pero sabía que nevaría”, ha contado a El Adelantado.
EL MÉTODO
Pedro explica los trucos de su método con tanta naturalidad que hace verlo como algo muy sencillo, aunque lo cierto es que pocos sabríamos darnos cuenta de estas cosas y, además, saber lo que significan. Por ejemplo, solo con comprobar el estado de las rocas en un determinado momento, puede predecir el tiempo que hará en mayo del año que viene: “A mediados de agosto me suelo levantar pronto para ver se las piedras si están húmedas o no. Y si lo están pues significa que va a llover mucho en mayo, especialmente los primeros 15 días. Además, para la cruz de mayo helará algo, como siempre, y luego ya para el 25 o el 26 se levantará el calor, aunque no tan fuerte como el año pasado” afirma con seguridad.

Aunque, sin duda, las mejores aliadas de Pedro a la hora de hacer sus predicciones son, como buen pastor que ha sido, las ovejas. Y es que su comportamiento le puede decir bastante sobre el tiempo que va a hacer, especialmente a corto plazo: “Por ejemplo, si se mueven mucho y tocan sus cencerros, pues es que están barruntando agua. Y si están comiendo en el campo durante las tardes de invierno, como de repente se vayan corriendo hacia la nave es que están barruntando nieve”.
Además, otro elemento importante del que hay que estar pendiente en el método de cabañuelas es la luna. Y es que sus fases pueden ser un factor determinante para los cambios atmosféricos, por lo que conocer los efectos de este satélite sobre nuestro planeta en cada uno de sus ciclos es también fundamental a la hora de hacer predicciones del tiempo, como el frío que va a hacer esta Nochevieja: “Nos vamos a comer las uvas tiritando, porque ha coincidido con la luna llena”; o las temperaturas excesivamente altas del pasado mes de agosto: “Al haber cinco lunas, dos de ellas llenas bastante grandes, pues eso provocó que hiciera más calor del debido”.
PREDICCIONES PARA 2024
Teniendo en cuenta todas sus observaciones, ¿qué previsiones ha hecho Pedro Sanz para el año 2024 en el que entramos esta noche? Pues, yendo a lo más inmediato, el invierno se presenta con pocas nevadas, pero mucha lluvia: “No habrá mucha nieve. Seguramente caerá algo en torno al 20 de enero, pero lo que va a haber este invierno es agua, porque es año bisiesto y los bisiestos suelen ser llorones. En 2016 llovió muchísimo y en 2020 igual, que ya lo avisé en su día en una entrevista para este mismo periódico”, afirma.
Pero el periodo que parece que de verdad puede ser muy convulso son las primeras semanas de la primavera y, más concretamente, la Semana Santa. Para este periodo festivo, Pedro vaticina que caerán fuertes lluvias… ¡y hasta algo de nieve!: “Este año, la Semana Santa coincide con finales de marzo, que es el único mes del año que tendrá cinco viernes, cinco sábados y cinco domingos. Y prácticamente siempre que cae en esta época termina haciendo mal tiempo. Por eso, y por la bajada de turismo que supone que la Semana Santa sea tan pronto, las ciudades prefieren que caiga en abril”.

Además, en otra curiosa predicción para el próximo año, Pedro Sanz adelanta una llegada tardía del calor veraniego verano, que estará precedido de lluvias hasta bien entrada la estación estival: “Como están sembrando tarde y las hojas también han tardado en caerse, yo creo por lo menos que hasta el día 10 u 11 de julio no se tranquilizará el tiempo y estará lloviendo hasta entonces. O sea, que el verano va a tardar un poco en llegar. Aunque en mayo habrá una pequeña ola de calor y luego para la feria también una segunda, pero no es tan fuerte como la de este año. Por eso luego en un lado de la feria refresca y en julio algunos días va a estar lloviendo”, subraya.
CELEBRIDAD EN SEGOVIA
Obviamente, las cabañuelas, al igual que cualquier otro sistema de predecir el tiempo, no es 100% fiable y también se pueden cometer errores con él. Por ejemplo, hace un año Pedro Sanz vaticinaba más nieve de lo previsto para finales de este año 2023. Sin embargo, finalmente no ha sido así y el manto blanco no ha bajado de las grandes alturas. Sin embargo, y a pesar de eso, sí ha demostrado tener una alta fiabilidad, más incluso que otros métodos.
Por ejemplo, y al igual que ocurre para 2024, Pedro Sanz adelantó que el calor en Segovia tardaría en llegar, al igual que ubicó las temperaturas más altas del verano en la región en el mes de agosto. Ambos pronósticos terminaron cumpliéndose, además de otros como los carnavales fríos, las lluvias en Semana Santa y las heladas que cayeron en algunas noches del mes de mayo: “El otro día estuve en Peñafiel (Valladolid) y me dijeron que solo había fallado cinco predicciones en todo el año”, presume nuestro hombre del tiempo.

Y es que los aciertos de Pedro Sanz le han catapultado a la fama: no solo los medios de comunicación le piden a finales de cada año que haga la predicción del siguiente, sino que la gente le reconoce por cuando le ve y le pide que haga vaticinios para días concretos: “Me paran por la calle… y siendo tan feo no lo entiendo. Si fuera guapo, todavía”, bromea. “Hace poco, una mujer me preguntó por el día de la boda de su nieta, que se casa en mayo. Yo le dije que estuviera tranquila, que aún quedaba mucho”, nos cuenta.
Aunque los que más le preguntan sobre el tiempo son quienes mejor le conocen: los miembros de su familia, que valoran más que nadie sus conocimientos. Y, aunque no tiene hijos que aprendan sus enseñanzas como él las aprendió de su padre (y de su abuelo), comenta con orgullo cómo una de sus sobrinas está mostrando interés en su método.
Lo que sí preocupa a Pedro sobre el tiempo es el cambio climático. Y es que, aunque es un tema del que aún hay gente que duda su veracidad, él lo tiene muy claro: ha notado cambios en los últimos años: “Se nota mucho en que algunos animales se comportan de manera diferente, sobre todo los pájaros. Las cigüeñas, por ejemplo, se han ido antes de lo debido este año, y las que han venido no se aclaraban. Y las perdices ya no saben cuando hacer los nidos con la temperatura que hace en abril y mayo”, se lamenta.
