No es tarea fácil resumir en apenas diez minutos cerca de dos mil años de la historia de una fiesta en la que lo sagrado y lo profano conviven desde siglos con una relación que ha traído siempre claroscuros que han ido desde el libre albedrío hasta la más absoluta prohibición. Sólo la erudición carnavalera de Fernando Ortiz, con más de cuatro décadas de folclore a sus espaldas fue capaz de obrar esta proeza y convertirla también en el pregón del Carnaval 2016 en Segovia, que congregó ayer a apenas un millar de personas en la Plaza Mayor.
Con capa y sombrero vaquero, con el negro como color dominante de su indumentaria, el que fuera hasta el pasado año coordinador municipal de actividades culturales pronunció desde el escenario situado bajo la Casa Consistorial un pregón cargado de referencias históricas y bibliográficas sobre el Carnaval, que comenzó citando los versos del Arcipreste de Hita que glosaban el combate entre Don Carnal y Doña Cuaresma que se escenifica el Miércoles de Ceniza.
Ortiz, músico e integrante de Nuevo Mester de Juglaría, manifestó que el carnaval «ha vivido siempre bajo la mirada oblicua y desconfiada de los estamentos del poder civil o religioso, que a duras penas ha soportado el espíritu crítico y sarcástico que le caracteriza».
Por ello, recordó la etapa más oscura de esta fiesta cuando tras la Guerra Civil se prohibió terminantemente la celebración de estas fiestas, suavizada en parte tanto por la laxitud de la aplicación de la rígida normativa como por la hipocresía social que demonizaba las celebraciones populares del carnaval, pero alababa las fiestas de la alta sociedad que se celebraban en este periodo.
En su pregón, Ortiz recordó la figura de Pepe Diviú, al que calificó como el «verdadero resucitador» del carnaval en Segovia cuando en 1982 encabezaba un grupo de personas que salieron a las calles a disfrutar de la fiesta. Años más tarde, el pregonero aseguró ante las comparsas que tras años de recuperación y otros de cierto decaimiento «aquí estamos con el espíritu crítico y transgresor que inspira estas fiestas, con el ánimo de continuar llevando a las calles de esta vieja ciudad la alegría de unos días que no son unos festejos cualesquiera, sino el testimonio de algo que está en nuestras más profundas raíces».
Tras concluir el pregón, Fernando Ortiz recibió de manos de la Alcaldesa un recuerdo de su paso como pregonero del carnaval, y las comparsas quisieron también reconocer su labor como responsable de actividades culturales del Ayuntamiento obsequiándole con una máscara carnavalera en atención a su trabajo a favor de esta fiesta.
El pregón dio paso a la elección de la Princesa y el Príncipe del Carnaval entre los niños de las distintas comparsas presentadas al concurso. La deliberación del jurado hizo que esta distinción recayera sobre los pequeños astronautas de la comparsa Pasitos Maria Eugenia Vigil e Iván Berzal, aunque todos los participantes recibieron un pequeño regalo por parte del Ayuntamiento.