Se dice que la historia del vino está ligada a la de la Humanidad. Y el éxito que están cosechando las catas y degustaciones del Otoño Enológico de Caja Rural avalan el interés por conocer la cultura que envuelve al mundo de los vinos.
Desde que se inauguraron las actividades el pasado miércoles en el teatro Juan Bravo, todas las convocatorias han completado su aforo. Y no han podido venderse entradas en taquilla de los establecimientos, al haberse agotado en venta anticipada.
Así lo confirmó ayer la gerente de la Fundación Caja Rural, Beatriz Serrano, quien calificó de «fenomenal» el funcionamiento que están teniendo de las actividades en este primer ciclo. Las propuestas enológicas y culturales se completarán con las actividades del que proseguirán en próximos días, hasta concluir el domingo 18 de noviembre.
Incluso la cata especial de champán que tendrá lugar el sábado 17 de noviembre ya tiene agotadas también las entradas, a pesar de que su precio, de 14 euros, es notablemente superior a las convencionales de vino, de 4 euros por persona; y que incluyen cata de dos o tres vinos, aperitivo, espectáculo y regalo de una copa de cristal como recuerdo.
El culto a Baco que demuestran segovianos y visitantes no se ciñe sólo al interés por conocer más aspectos de los vinos, de las bodegas, las marcas y las denominaciones de origen a las que pertenecen. También toda la parafernalia que gira alrededor del vino como alimento, como argumento para las celebraciones, su historia y tradiciones.
Precisamente ayer sábado se desarrolló una de las convocatorias que ha logrado un mayor éxito en cuanto a asistencia de público, así como de combinación gastronómica y cultural. De la mano de la Denominación de Origen Ribeiro, el edificio de La Alhóndiga acogió una degustación de vinos típicos que estuvo acompañada por una disertación de representantes de la citada demarcación vinícola, y de instituciones gallegas que demostraron la forma de combinar un producto gastronómico, con una oferta turística y de ocio.
El presidente del consejo regulador de la DO Ribeiro, Miguel Ángel Viso Diéguez, mostró las cualidades de este vino, uno de los más reconocidos de España y que cuenta con una de las más antiguas figuras de protección. El también responsable de la Ruta del Vino de Galicia demostró con su exposición los beneficios que puede tener combinar un producto como el vino con el turismo o con el «enogastroturismo», término que acuñó para invitar a los castellanos y leoneses a aprovechar los recursos propios y las sinergias que pueden establecerse entre la ofertas regional de vino, alimentos, naturaleza, ocio, turismo o deporte, entre otros.
De forma paralela, en la presentación de la degustación intervino la alcaldesa de Segovia en funciones y concejala de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos, quien resaltó la relación entre la ciudad y la capital del Ribeiro, Ribadavia, por ser socios en la Red de Juderías. Pero además, recordó la vinculación que existe entre el origen del vino y el mundo hebreo, pues los judíos, por respeto a Dios, eran los únicos que bebían el vino (wainu, en hebreo) al natural, como se hace actualmente. El resto de culturas lo combinaban con leche o miel. En este sentido, De Santos desveló que la Red, en su apuesta por la recuperación del patrimonio y la cultura judía, ha decidido impulsar el proyecto ‘Viñedos de Sefarad’, un recorrido por las bodegas que elaboran vinos kosher en España, y por aquellas otras entidades que están comprometidas con la recuperación y difusión del legado judío en España.
