Este fue el título de uno de los últimos libros que don Manuel González Herrero legaría a la historiografía segoviana, a la que tanto contribuyó en acrecentar. Fue en el año 2004, coincidiendo con el quinto centenario del fallecimiento de la reina y con los actos celebrados en Segovia con motivo de la conmemoración de tan magno evento. Desde las primeras páginas del libro reconoce el autor las grandes realizaciones del reinado de Isabel I de Castilla, como fueron la sujeción a la ley real de la levantisca nobleza; la culminación de la Reconquista; la unidad de los reinos de España y el descubrimiento y evangelización del continente americano. Pero junto a este reconocimiento explícito de la obra isabelina, consideró oportuno traer al recuerdo algunos aspectos del comportamiento político de la reina que fueron manifiestamente desacertados y causaron gran perjuicio a Segovia. Es a esta última finalidad a la que quiere servir aquella publicación “no por un pequeño y mezquino aldeanismo, sino en razón del respeto debido a nuestros antepasados y a la memoria histórica colectiva de los segovianos” (página 12).
La opinión al respecto de este humilde articulista, ya fue plasmada en este mismo diario, en una serie de tres artículos publicados los días 28 de febrero y 10 y 21 de marzo de 2023, a cuyo contenido me remito, junto con la consiguiente polémica suscitada que no es intención revivir en estos momentos, cuando está en camino una nueva exaltación de la figura de la reina, a punto además, de ser elevada a los altares.
Cedamos ahora el protagonismo a los propios textos y documentos históricos, para que nos narren cómo sucedieron aquellos hechos referidos por González Herrero:
I.- Del acta de la coronación y juramento de Isabel la Católica, el día 13 de diciembre de 1474, dada a conocer por Mariano Grau en el primer número de Estudios Segovianos, año 1949. Página 29: “E Iuego la dicha señora reyna dixo que ella estaua presta de les facer la dicha seguridad e en faciendola dixo que juraua e juro a dios e a la señal de la qruz en que puso su mano derecha e por las palabras de los santos euangelios que ende fueron traydos sobre que asimismo puso su mano derecha que sera obidiente a los mandamientos de la santa iglesia e que honrrara los perlados e ministros delta e defendera las iglesias a todo su leal poder e que mirara por el pro e bien comun de los dichos sus reynos de castilla e de leon e de la corona real dellos e procurara con todas sus fuerzas de aqrecentar los dichos reynos e que no los diuidira ni enajenara e materna sus subditos en justicia como dios mejor le diese a entender e no la peruertira e guardara los preui á llejos e libertades e esenciones que han e tienen los fijosdalgo de los dichos sus reynos e a las cibdades e villas e lugares dellos segund que mejor e mas conplidamente fueron e deuieron ser guardados en tiempo de los señores reyes de gloriosa memoria sus progenitores e echada la confusión del dicho juramento respondio su alteza si juro e amen”.
II.- Carlos de Lecea: “La Comunidad y Tierra de Segovia. Estudio histórico-legal.” (1894). Páginas 199 y siguientes: “Tal vez porque la ínclita señora no comprendiese la trascendencia de uno de sus acuerdos, o quizá, y parece lo más probable, porque con él quisiera corregir o castigar el horrible tumulto producido por los hijos de Segovia, cuando a las órdenes de Alonso de Maldonado se amotinaron contra Cabrera, apoderándose por sorpresa de la mayor parte del Alcázar, es lo cierto que, la católica Isabel y el Rey Don Fernando, su marido, hallándose en Toledo, concedieron en 9 de junio de 1480, (no a 5 como dice Colmenares) a D. Andrés y Dª Beatriz, mil doscientos vasallos en todo el sexmo de Valdemoro y en una parte del de Casarrubios, con cuyo motivo se apoderaron, los ya referidos Marqueses de Moya, de los pueblos siguientes: Chinchón, Valdelaguna, Villaconejos, Vayona, Ciempozuelos, Seseña, San Martín de la Vega, Odón, Moraleja Mayor, Moraleja de En medio, Brunete, Salcedón, Zarzuela, La Cabrera, Serranillos, la Veguilla, Quijorna y Tiracentenos, todos ellos propios de Segovia y su Tierra…Semejante donación produjo escándalo y alboroto, con las demás escenas que refiere Colmenares, de los tres cadalsos cubiertos de luto que se levantaron en la plaza de San Miguel, Azoguejo y Santa Eulalia, donde un escribano, a presencia del pueblo, publicaba una enérgica y fuerte protesta, seguida de horrible griterío, terminando el acto por abofetear a los niños, para que conservasen memoria perdurable de la resistencia general a tan espléndida merced.”
III.- 29 de junio de 1480. Carta de los reyes al concejo de Segovia, para que cesen las protestas por la concesión a los Marqueses de Moya del sexmo de Valdemoro. Archivo Municipal de Segovia. Legajo 7, nº 160. “…Vos mandamos que çesedes de hacer otras alteraciones ni movimientos algunos y que vos conformedes con lo que sobre esto tenemos mandado porque de lo contrario nos avriamos grande enojo, y sed çiertos que, sy después de sabida esta nuestra voluntad algunos abtos, movimientos e alteraciones sobrello haseys, que por vuestras personas e bienes nos lo pagareys y por questo más largamente hablamos a los dichos vuestros mensajeros no conviene a mi mas desyr. De la cibdad de Toledo XXIX días de junio de MLXXX, años yo el rey. Yo la Reyna. Por mandato del Rey e la Reyna Alfonso De Ávila.”
Pues bien, celebremos cada 13 de diciembre de los que hayan de venir, la gloriosa proclamación de aquel más que presumible golpe de Estado, que condujo al reino a una nueva guerra civil, ganada por quien la provocara en su propio interés. Sería otro aliciente para seguir potenciando el sector turístico de la ciudad, nunca suficientemente estimulado, contra lo que nada debería objetarse, porque, ¿qué sería de Segovia sin el turismo? Pero junto con esta celebración y para equilibrar la balanza entre lo reconocido y padecido en la conflictiva relación puntual de Isabel con Segovia, sería justo que, de igual manera, nuestro ilustre Ayuntamiento incluyera en el programa de actos de las ferias y fiestas de San Juan y San Pedro de cada año, una breve reseña que nos recordara a todos, que el día en que nos dispondremos a disfrutar de nuestra fiesta mayor, también conmemoraremos la amenaza dirigida en su día a los segovianos en sus personas y en sus bienes por su católica majestad, como especial forma de agradecerles que la hubieran proclamado reina.
