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Segovia y la financiación del federalismo

por Luis López
27 de septiembre de 2024
en Tribuna
Luis Lopez El Espinar Ok
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Las tres hayas

Competencia económica desleal

¿Está maduro Maduro?

Con el traje a medida de la financiación catalana en el centro del debate político regresan a mi memoria aquellas cuestiones que, allá en la década de los 70, trajeron las porfías sobre el regionalismo en España, su posterior parto en forma de Comunidades Autónomas y las reflexiones en esa Segovia regionalista y recelosa. Repasar aquellos motivos puede arrojar luz sobre el nefasto futuro federalista que el gobierno nos ofrece y que arranca con claudicación y una condonación de deuda para Cataluña de 16.300 millones —incluidos intereses—de la que, por cierto, más de 50 millones —por regla de tres— son de los segovianos y más de 800 millones de los castellanos y leoneses. Somos así de generosos.

El movimiento regionalista que ya se agitaba en el régimen de Franco, tuvo su apogeo en plena Transición con el tira y afloja del encaje constitucional de la Comunidades Autónomas, pero sin olvidar dos premisas que hoy me temo perdidas: evitar el desarrollo de unas regiones en detrimento de otras y refrenar el hecho diferencial hasta sus justas proporciones. De otra forma, el regionalismo —que ha concluido en 17 autonomías— se concebía como una fórmula de solidaridad y atenuación de desequilibrios en los servicios públicos y por lo tanto económicos, pero, ojo, se advertía que regionalismo —paso intermedio entre centralismo y federalismo— no podía ser igual a separatismo ya que eso originaría una digresión y discordia de los españoles definiendo dos Españas. ¡Ya ve usted! Hoy, en ello estamos, alejándonos de los intereses comunes con privilegios identitarios de corte federalista. Lo presagiaba entonces Julián Marías hablando de “la amenaza de los reinos de taifas”.

Por su parte, Segovia, aseguraba Salvador Bernal, no tenía buen ajuste en ninguna región ya que su adscripción a Castilla y León únicamente cambiaba el epicentro decisorio de Madrid a Valladolid. La incertidumbre del territorio débil, supongo. Y por ello las propuestas para nuestra tierra fueron variopintas: Segovia como región uniprovincial; Segovia adscrita a una región central que arrancaba con la Orden Ministerial de agosto de 1976 por la que se creaba la Comisión Gestora para el desarrollo de la Región Centro y que incluía a Madrid y las provincias aledañas. También, se proponía a Segovia dentro de la actual Castilla y León e incluso una propuesta pintoresca llamada Extremadura Castellana que incluía Ávila, Segovia y Soria de las que se decía que estaban hermanadas en su infortunio. ¡Cenicientas! Había que elegir entre lo malo y lo peor. Incluso hubo voces que pidieron que la cosa se quedase como estaba, potenciando la institución provincial hasta que la reflexión fuera más honda y meditada. Al final, la duda se resumía—da igual el tiempo y el territorio— en el control político y el manejo de los intereses económicos y por ello el temor era que Segovia acabase siendo el palmero de decisiones económicas ajenas; una comparsa. Ante el temor y por si acaso, el pleno de la Diputación de Segovia aprobó en marzo de 1976 una moción interesando al gobierno a que “se apliquen a la provincia de Segovia medidas descentralizadoras en paridad de trato con el régimen que se establezca para la provincia de Barcelona” Alguien ya se olía la tostada.

Poderoso caballero es don dinero. La financiación autonómica de la que hoy nos hablan es una manta corta que sólo tapa la cabeza si antes destapa los pies y por ello, volviendo al presente, no me creo la promesa de Sánchez de que habrá más dinero para todos. Sigue su modelo federal. Las mejores promesas, a decir de Sabina, son esas que no hay que cumplir. Y con Sánchez ya se sabe… mejor que incumpla otra vez porque de no hacerlo, la clase media trabajadora deberá de atarse los machos en sus impuestos.

El debate actual, es una forma de disfrazar otros intereses y justificar un incipiente federalismo oportunista del que Ortega y Gasset decía que un estado que se federaliza es un organismo de gentes que caminan hacia la dispersión. Unamuno era mucho más contundente: “Federarse no es unir lo que está separado; es separar lo que está unido” En fin, que no quiero para mi casa insolidarios movimientos federalistas fundados en espurios intereses de partido y que encima los tengamos que pagar nosotros. Las dudas de entonces, hoy las hago mías.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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