Segovia salió a la calle a recibir al Carnaval y lo hizo con más gente abrigada que disfrazada pero sin miedo a las bajas temperaturas que según caía la noche iban pintando de rojo las narices sin remisión. El primer desfile de comparsas fue lucido y colorista, como siempre, y además de contar con las siete oficiales: Los Chirigoteros, Semaforitos, Pasitos, Para que tú lo bailes, Vacceos, Apadefim y La Semifusa, se sumaron una comparsa escolar de la asociación de madres y padres del colegio Elena Fortún, de Nueva Segovia, y un grupo de superhéroes.
Abrió el desfile el grupo Os Batucones, todo un espectáculo de danza, malabares con antorchas y mucha percusión, incluso a ruedas, marcando el ritmo del Carnaval segoviano y dando paso a los personajes del clásico más venerado de la literatura española, ‘Don Quijote de la Mancha’, temática elegida por Los Chirigoteros sin faltar un larguirucho Alonso Quijano, un rollizo Sancho Panza, varias aspirantes a Dulcineas, molinos de viento a discreción y hasta don Miguel de Cervantes luciendo pluma.
Con el acompañamiento musical de formaciones tradicionales de dulzaina y tamboril o de charangas, pero también con los artilugios musicales de las propias comparsas, lo que puede definirse como carrito disco-móvil, se sucedieron los vikingos —gran disfraz para Segovia porque se ve que abriga de lo lindo— de Semaforitos, las hormigas de Pasitos, los ‘joker’ de cartas de ‘Para que tú lo bailes’, los bandoleros de Vacceos, que igual se marcan un ‘Curro Jiménez’ que un ‘Boney M’ y un animado grupo de rubios querubines y corazones ‘tocados’ por sus flechas del amor, como cantaba Karina.
La Semifusa, la comparsa más veterana de los carnavales segovianos, ha bajado este 2018 a las profundidades del mar y derrochando imaginación ha creado multitud de animales y personajes marinos: un caballito de mar, calamares, medusas, cangrejos, Nectuna, orcas, submarinistas…
Cerraban el desfile los molinillos de colores de la AMPA del Colegio Elena Fortún, alumnos de Primaria con un disfraz muy simpático y resultón acompañados de papás y mamás a juego.
Tras recorrer la avenida del Acueducto, Azoguejo y Calle Real con bastante público llegaron a la Plaza Mayor en torno a las nueve de la noche, siendo recibidos por poquita gente en ese momento, que ya se sabe que allí hay corriente. Hizo los honores la alcaldesa, Clara Luquero, junto a varios concejales. Y hubo baile, a cargo de Ocho y Medio Band, y discomóvil con DJ. Oso, y se eligió a la reina y al rey del Carnaval.
En el entorno, por ejemplo en San Martín o en Infanta Isabel, podían verse algunos grupos disfrazados, o al menos tocados con sombrero y ocultando la mirada bajo un antifaz, se dejaron notar varios presos, dispersados por la calle de los bares, que parecían recién salidos de Alcatraz, o una familia entera con mamá oso, papá oso, titos osos y un par de oseznos u otra en la que los pequeños eran personajes de la película ‘Cars’.
En definitiva, solo hay que dejarse llevar para vivir el Carnaval, la fiesta más transgresora dicen, y si no que se lo digan a una señora que confundió a un cuarteto de jóvenes orientales con chicas disfrazadas de turistas chinas. “Que no Maruja, que son chinas de verdad”, le aclaró su acompañante.
Para hoy
El Domingo Gordo concentra los actos carnavaleros en la Plaza Mayor desde las 12.45 horas, con concentración de las comparsas y pregón a cargo de Marta Cantero, directora teatral, de Paladio Arte. Posteriormente tendrá lugar la fase previa del concurso de coplas y la elección del príncipe y la princesa de las comparsas.
Aplauso merecido para las comparsas
Se dice que el segoviano es sobrio, poco amigo de adornos, disfraces y chirigotas pero el Carnaval está para poner patas arriba a lo cotidiano, lo adusto, lo formal y las siete comparsas de la ciudad merecen el reconocimiento y el aplauso del resto de la ciudadanía por su esfuerzo y su dedicación a una fiesta de la que todos disfrutan aunque sea mirando.
Detrás de los disfraces, de las coreografía, de las coplas que hoy estrenarán en el escenario de la Plaza Mayor hay horas de labor aprovechando cualquier momento libre y discusiones y debates en los que se derrocha la imaginación. Da gusto ver como lo disfrutan desde los miembros más pequeños de las comparsas a los más mayorcitos y mención aparte merecen los alegres chicos y chicas de Apadefim.
