En el castillo de Cuéllar viven un puñado de bufones inmortales que se equivocaron de fórmula y acabaron siendo eternos. Estos ilustres despistados protagonizan Tecnomedievo, un espectáculo que mezcla historia, surrealismo y humor ácido, con más carcajadas por minuto que una boda con micrófono abierto. Conviene recordar que la visita teatralizada del castillo de Cuéllar fue la primera en España allá por 1997. Sí, mucho antes de que se pusiera de moda eso de disfrazar a actores de monjes y meter sustos en mazmorras. Cuéllar fue pionero. los suyos ya llevaban espantando turistas con estilo cuando lo más moderno en ocio era el Tamagotchi.
Pero claro, después de tantos años, había que renovarse o morir (otra vez). Y como la muerte no es una opción para los bufones inmortales, apareció Tecnomedievo. Una visita donde los protagonistas se dedican a contar la historia del castillo y de Cuéllar, pero como si fueran cómicos de club nocturno.
Imagina escuchar cómo se levantaron las murallas de la villa explicado por un juglar con resaca eterna, o descubrir el arte mudéjar a cargo de un bufón que lleva 800 años esperando que alguien le invite a una caña.
Los visitantes recorrerán los sótanos, las salas de la torre y el patio de armas del castillo. Allí, entre piedra y penumbra, los bufones van soltando ocurrencias que convierten el pasado en una sitcom medieval. La cosa no acaba ahí. la experiencia incluye también la visita al Centro de Interpretación del Arte Mudéjar, en la iglesia de San Martín, con audiovisuales tan inmersivos que más de uno ha intentado aplaudir al final pensando que era teatro. Y por supuesto, las murallas, desde donde se ve medio Cuéllar y, con suerte, algún alma despistada que aún busca la salida del castillo.
Lo que no verás. animales de compañía (no están permitidos), carritos de bebé (mejor no intentarlo) ni rampas para sillas de ruedas. La Edad Media fue muy creativa con las almenas, pero se olvidó de la accesibilidad. El espectáculo se realiza los sábados y domingos, en pases de mañana y tarde.
Así que ya lo sabes. si visitas Cuéllar, no te conformes con ver el castillo por fuera. Atrévete a entrar y dejarte guiar por estos bufones inmortales.
