Guillermo Montero es madrileño de nacimiento, pero escapó de la capital y se afincó hace 20 años en El Espinar enamorado de esta tierra, “mis padres tenían una casa aquí donde pasábamos el verano. ellos dicen que me hicieron aquí. Hace 20 años decidí venir a vivir, y ahora no pienso en volver a Madrid”.
El pregón de Guillermo “será un gran orgullo y una responsabilidad. Voy a agradecer a los vecinos su apoyo y también a recordar a dos compañeros que fallecieron en abril en un incendio de un garaje en Alcorcón donde yo salí herido. Hablaré también de mi profesión y de las competiciones en las que participo representando a El Espinar”.
Además de jugarse la vida en su trabajo, Guillermo participa en campeonatos nacionales, europeos y olimpiadas de policías y bomberos. “Me siento muy espinariego y llevo la bandera de El Espinar a todos los campeonatos que voy”. En 2004 ganó dos medallas de oro subiendo escaleras. Es una de las pruebas de estas competiciones que consiste en subir escaleras de edificios con el equipo reglamentario y también sin el equipo a cuestas. También ganó la medalla de plata en pruebas combinadas, que incluyen pruebas deportivas como atletismo, natación, voleibol, kárate… y otras especializadas como subir las escaleras o la cuerda a pulso. “En las competiciones nos dividen por edades para motivar, que no es lo mismo un chaval de 20 años que un tío de 40. Yo ya tengo 47. Hay quien piensa que hay pique entre policías y bomberos, pero qué va. Hay mucho compañerismo, viajamos juntos, competimos juntos, nos llevamos muy bien”.
Para llegar a las medallas en unas competiciones donde hay mucho nivel hay que prepararse muy bien y para eso las fiestas no ayudan, “antes me saltaba más los entrenos y lo de no beber y comer bien, ahora ya menos. Antes mi semana de descanso era la de las fiestas, ahora me tomo algún día más libre, pero el resto sí que entreno”.
Está esperando con ganas las fiestas, “para mí el mejor día es el del pregón, cuando viene la gente con más ganas, estamos todos deseando que empiece y se ve mucho ambiente de fiesta”.
Una de las razones por las que Guillermo decidió vivir en El Espinar es “por nuestros montes. La gente de aquí es muy maja y el ambiente es muy bueno, pero el entorno natural que tenemos es un privilegio, un paraíso”.
Con el año que llevamos de incendios en el monte Guillermo también se preocupa, “lo que ha pasado en otros lugares claro que puede pasar aquí. No estamos libres de que pase algo así. Lo que habría que hacer es mucha prevención e invertir en equipos y sistemas de extinción. Nosotros apoyamos a los equipos que están en la primera línea para que se mejoren sus condiciones laborales, nos jugamos mucho”.
Ha vivido desde debajo del balcón muchos pregones, y no está muy seguro de que todos le vayan a escuchar, pero “ya sé lo que hay, he estado ahí muchos años y haremos lo que se pueda. Lo que sí quiero es invitar a todo el mundo a que venga, desde el primer día es muy emocionante, ver la ilusión en las caras y la alegría cuando te encuentras con vecinos o con amigos que no ves desde hace tiempo. Es un ambiente que se contagia. Cualquiera que venga será bien recibido y seguro que se lo pasa bien. Se vive una sensación de fiesta grande que se está perdiendo en otros lugares”.
