La presidenta de la Asamblea Comarcal de Cruz Roja en El Espinar, Angélica Izquierdo, tiene claro el principal reto para la población mayor: las nuevas tecnologías. “La pandemia nos ha enseñado la necesidad de que estas personas sepan manejarse. Y no solo con un móvil”. Los beneficios son múltiples, desde la comunicación a la autoestima y a la socialización. También estimula la memoria o la creatividad. “Pueden crecer mucho intelectualmente y no se encuentran solos”.
El primer obstáculo es la falta de recursos. “No hay ordenadores y la gente mayor no compra uno”. Después está el miedo. “Se creen que no son capaces de hacerlo. Y lo son, que a mí me lo han demostrado. Gente que decía que no, que dónde voy con 85 años, me han dejado alucinada”. Y exige una formación muy personal, porque las habilidades a nivel tecnológico varían mucho de un caso a otro.
Lo que antes era deseable se ha convertido en necesario. “Les va a hacer falta. Ya no pueden ir al banco porque están cerrando. Y tienen que hacer muchas por Internet, como una cita previa. Si les enseñamos eso les hacemos la vida muchísimo más sencilla”. También es un arma contra la soledad. “Van a aprender a comunicarse; les puedes enseñar a utilizar Facebook”. Angélica se sirve del ejemplo de la práctica del deporte en los mayores, cada vez más generalizada, y espera una evolución parecida en lo tecnológico.
Vuelven las clases
La pandemia ha frenado el proceso; había grupos cada vez más activos. Algunos llegaron con un móvil de teclas. “Hablé con la familia para que les compraran uno inteligente y alucinaron. Cómo podían escuchar la música que querían en YouTube o mandar mensajes hablados por WhastApp sin apenas esfuerzo”. Lo que antes eran grupos cada vez más nutridos se convirtió con el Covid en visitas individualizadas a domicilio. “Voy a su casa con una tablet y hacemos lo que podemos”. Ella está vacunada, un punto a favor.
La asamblea espinariega tiene a unos 25 voluntarios con actividades como talleres de integración y apoyo a los niños. También recogen y reparten comida para las familias vulnerables, a las que ayudan a resolver problemas energéticos o de empleo. Con los mayores, incentivan reuniones o viajes.
El 17 de junio han convocado un encuentro en un parque de El Espinar para volver a relacionarse. ”Ahora que están todos vacunados, ya se atreven a salir”. Ya han confirmado más de 20, que no es poco. Habrá juegos como el corro de la patata o situarse todos en círculo para pasarse la pelota y presentarse. O bailes para una jornada lúdica. Quizás en no mucho tiempo puedan hacer un grupo de WhastApp. Si han ganado la batalla del Covid, también pueden ganar la de las pantallas.
