La Guardia Civil ha finalizado la operación “Carroñero”, que ha desarticulado una red de trata de seres humanos con fines de explotación laboral dentro de las provincias de Segovia y Valladolid. La operación se llevó a cabo coordinada entre la Benemérita y la Agencia Europea Europol, que contó en la fase de explotación con la presencia de miembros de la Policía de Bulgaria desplazados desde el país para apoyar en el terreno de las detenciones y asistencia a las víctimas.
En la operación han sido detenidas un total de cuatro personas de edades comprendidas entre los 25 y los 43 años, de nacionalidad búlgara, a los que se les imputa los supuestos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral y pertenencia a organización criminal. En la operación se realizaron dos registros domiciliarios, uno en la localidad de Cuéllar y otro en la de Bahabón, en Valladolid. Entre ambos registros se liberó a 33 personas que vivían hacinadas en condiciones insalubres. Según la Guardia Civil, las investigaciones se iniciaron a principios de año, cuando la Benemérita detectó la presencia de esta pequeña comunidad búlgara realizando tareas de recogida de cítricos en los campos de Valencia. Continuaron las investigaciones hasta que los agentes pudieron comprobar que estas personas también eran trasladadas a otros puntos de la geografía española para seguir realizando trabajos en el campo. Posteriormente, la Guardia Civil pudo determinar que estas personas estaban siendo obligadas a realizar estas labores sin percibir sueldo alguno.
La organización, compuesta por ciudadanos búlgaros, se encargaba de captar mediante el engaño a las víctimas, todas originarias de la región de Pleven, en Bulgaria. Les ofrecían falsas expectativas de trabajo en España, asegurándoles un trabajo bien remunerado y con posibilidad de residencia en una vivienda digna. Después, eran trasladados a España en furgonetas de la propia organización o en autobuses de líneas regulares. Una vez en el páis, el responsable de la organización comunicaba a las víctimas la contracción de una deuda por tal traslado a España. Igualmente, la organización obligaba a más de 20 personas a residir en la misma vivienda, en condiciones insalubres y sin ninguna seguridad, con conexiones ilegales al tendido eléctrico público —como así podían comprobar los vecinos—, siendo en algunos casos estancias como habitaciones y buhardillas en las que se metía a 10 personas sin agua caliente.
Las víctimas eran sometidas diariamente a trabajos agrícolas, de recolección, sin ningún tipo de contrato de trabajo ni seguridad social; el salario era cobrado “en B” y muy inferior a la función que desempeñaban. Del dinero que ingresaban se les descontaba una parte por gastos de manuntención y del viaje de traslado a nuestro país. Algún trabajador llegaba a percibir tan solo 50 euros en dos meses de trabajo.
La operación ha sido desarrollada concretamente por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Valencia con el apoyo de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia, y ha sido dirigida por el Juzgado de Instrcucción número 1 de Sueca, Valencia.
Fue el pasado día 21 de octubre cuando tuvieron lugar las detenciones y los registros de las viviendas en las dos localidades.
En Cuéllar se produjo el desalojo de una casa situada en la calle Cogeces, donde cerca de una veintena de personas vivían en las citadas condiciones de insalubridad. Otra veintena de agentes de la Guardia Civil fue la encargada de llevar a cabo la operación ese día, que permaneció bajo secreto de sumario hasta ayer. La noticia sorprendió a toda la villa, sobre todo al observar el amplio despliegue de dispositivos y vehículos de la Guardia Civil en la vía, a horas tempranas.
En la localidad vallisoletana de Bahabón de Valcorba, a escasos 14 kilómetros de la de Cuéllar, las detenciones y el desalojo se produjeron también el mismo día 21. Según el testimonio de algunos vecinos, en este pequeño municipio en el que en invierno apenas llegan a los 100 habitantes, la presencia de coches poco habituales levantó sospechas. El alcalde de la localidad, Manuel Ramírez, comentó cómo la llegada de este grupo de ciudadanos búlgaros tuvo lugar el pasado mes de mayo, aproximadamente, y cómo pasaron todo el verano en el pueblo. Asegura que no se les veía hacer vida por las calles, “tan solo alguna mujer paseando”, y que lo que era un hecho es que vivían muchas personas en la misma vivienda, más de 15. La vivienda se encuentra en el centro de la localidad, mientras que la de Cuéllar está en la parte norte. En Bahabón, según el testimonio del alcalde, este colectivo no dio problemas, tan solo algunas molestias a vecinos colindantes, propias de la convivencia. Afirma que la casa no se encuentra en buenas condiciones y que hasta ese día 21 de octubre, los comentarios de sospecha eran generalizados pero tampoco trascendieron. También destacó que desde su llegada al pueblo, tuvieron lugar dos robos significativos y cuantiosos en unas naves, aunque no se confirma ninguna relación, y tan solo se trata de “elucubraciones”, como señaló. Lo que sí destacó es que tras esta fase de la operación llevada a cabo hace diez días, algunas personas han continuado viviendo en esa casa, y se marcharon hace apenas cuatro días.
Así ha finalizado esta importante operación que ha contado con la coordinación de dispositivos a nivel europeo y que libera a 33 trabajadores del sector agrícola, y devuelve así la normalidad a las localidades.
