Volvieron los festejos taurinos a La Lastrilla después de más de dos décadas por todo lo alto. Un cartel confeccionado con sumo cariño, en el que actuó el veterano José Ortega Cano, a sus 70 años para conmemorar los 50 de su alternativa, y que paseó un trofeo a su compromiso con el pueblo segoviano. Una tarde para recordar en el municipio pues hubo toreo caro de la mano de Juan Serrano ‘Finito de Córdoba’, que cortó dos apéndices, y del segoviano Emilio de Frutos, con dos orejas y rabo; mismo resultado que el alumno de la Escuela Taurina Provincial Jorge Oliva, que demostró su capacidades tanto con el capote y la muleta como en banderillas y evidenció sus ganas por querer ser torero. Segovia proyecta un novillero.
La recuperación de los festejos taurinos a La Lastrilla llegó de la mano de la Comisión de Fiestas, en colaboración con la empresa Grana Tauro, en el complejo de Los Escobares donde se instaló una plaza portátil para la ocasión, en un espectáculo que fue un éxito tanto de público como artístico. Se lidiaron dos novillos de Cayetano de Frutos, de La Higuera, y otros dos de El Tajo, propiedad de José Miguel Arroyo ‘Joselito’, presentados a modo para el espectáculo pero de buen juego; siendo excelentes el tercero y cuarto, uno de cada divisa, ambos premiados con la vuelta al ruedo. Además, los tendidos lucieron un lleno pese a la amenaza de lluvia. Un acontecimiento a la altura de la efeméride.

El ambiente no podía ser mejor. Un festival organizado al detalle. La ocasión lo merecía. En medio de un regreso, otro. El de Ortega Cano, que si el sábado pasado ya reapareció con éxito en Castilla-La Mancha, ahora hizo lo propio en el municipio segoviano para celebrar las ‘bodas de oro’ de su doctorado taurino. El cartagenero se gustó con un novillo del hierro de Cayetano de Frutos, escogido a modo. Un tanto pequeño, pero de buena condición: noble y con humillación. El murciano, a veces en apuros por las limitaciones que da la veteranía de los años y escudado por Jesús Talaván cuando replegaba, estuvo muy comprometido y dejó buenos pasajes. Mérito de Ortega Cano, que no anduvo certero a espadas, pero paseó un trofeo al conjunto de su disposición por actuar en La Lastrilla. El torero se mostró agradecido al público de La Lastrilla y viceversa.

Continúo el festival, con puro aroma a Fino desde la salida. La forma de mecer el capote y de coger los trastos ya prometían un buen espectáculo. A placer toreó al segundo de la tarde, del ‘8’ de El Tajo. Un ejemplar castaño, noble y con duración, al que Finito formó un lío de arte. Una borrachera de toreo. Una faena en la que predominó la estética y elegancia del diestro. Midió mucho las alturas y cuidó los remates por bajo, que fueron óleos. Finalizó de un espadazo y cortó dos orejas.

La línea artística prosiguió con Emilio de Frutos, que también se hartó a torear. El segoviano puso en liza sus cualidades y conocimientos de los tiempos y terrenos para lidiar con mucho poso a un extraordinario novillo de la casa, que fue una máquina de embestir. Se quería comer la muleta y De Frutos siempre se la presentó con buenas maneras. Con empaque, dejó tandas de mucho calado y rubricó la faena con un estoconazo. El respetable de La Lastrilla, volcado con él, pidió los máximos trofeos, que paseó junto a su hijo Cayetano.

Las altas cotas del festival no dejaron de subir, pues Oliva demostró que Segovia tiene un novillero a tener en cuenta. Capaz, muy seguro y entregado. Desde el recibo capotero, con una larga cambiada, y una verónicas muy mecidas, dejó claras sus intenciones. Después, ofreció un variado tercio de banderillas, en el que se dejó llegar mucho al animal; y en la muleta toreó con muy buenas maneras a un ejemplar de El Tajo de excelente condición. Estuvo templado a la vez que poderoso y cerró un festejo con el máximo premio tras cobrar un efectivo espadas. Otras dos orejas y rabo para abrochar una cita para el recuerdo en La Lastrilla.
Ficha
Plaza de Toros de La Lastrilla (Segovia). Lleno en los tendidos. Novillos de Cayetano de Frutos (primero y tercero) y de El Tajo (segundo y cuarto), a modo, nobles en su conjunto. Destacaron los excelentes tercero y cuarto, a los que se dieron la vuelta al ruedo.
José Ortega Cano, oreja.
Juan Serrano ‘Finito de Córdoba’, dos orejas.
Emilio de Frutos, dos orejas y rabo.
Y el novillero Jorge Oliva, de la Escuela Taurina Provincial de Segovia, dos orejas y rabo.
Fotos








