La Plaza de Toros de Cantalejo cumple 25 años de su inauguración y para conmemorar la efeméride se anunció a la máxima figura actual del rejoneo, Diego Ventura, que estuvo cumbre. Un delirio. La combinación ‘Bronce’-Ventura -junto a la de toda la cuadra de caballos- puso en pie al coso briquero. Si la charanga La Atrevida y los vecinos y visitantes pusieron colorido a las calles de la ciudad con el ‘vermú holi’, en la Plaza de Toros fue el reconocido rejoneador el que desplegó toda la amalgama de su toreo para cortar cuatro orejas y un rabo. Salió por la Puerta Grande junto al joven portugués Duarte Fernandes, entregado y muy decidido, con dos trofeos. Pese al triunfo, el luso se fue contrariado después de que uno de sus caballos sufriera una cornada. Completó el cartel, Rui Fernandes, que paseó un apéndice, en una tarde en la que se lidiaron astados de Manuel Assunção Coimbra, justos de presentación y raza.

Ventura regresó al coso cantalejo con una obra de altas cotas. Cortó un ejemplar chico, feo, para una novillada sin picadores, pero con celo y cierta transmisión fue el segundo de la tarde. Lo que le faltó, ya lo puso Ventura, que formó un auténtico lío desde el inicio. No se guardó nada la primera figura del rejoneo, que toreó a placer con la montura a dos pistas, de frente, al quiebro y con piruetas; y con ‘Bronce’ puso la plaza patas arriba. Un huracán. Sin cabezada y mordiendo al ejemplar de Assunção Coimbra. Un delirio. Cerró con varios pares a dos manos y banderillas cortas al violín para abrochar la faena de un rejonazo de efecto casi fulminante. Pañuelos al aire y máximos trofeos para Ventura.

Continuó con el mismo semblante ante el quinto, un astado pronto y colaborador en los primeros compases que propició buen juego. Con ‘Lío’, Ventura dibujó quiebros de mucho empaque y ajuste. De hemisferio a hemisferio y con ortodoxia a la hora de clavar los palos. Con el toro a menos, redujo distancias para colocar banderillas cortas y tres rosas en todo lo alto. Culminó su paso por Cantalejo con un rejonazo fulminante y cortó otras dos orejas.

Rui Fernandes, una oreja
Abrió plaza un astado fino y bajo, que salió distraído. No se enderezó con el rejón de castigo y el subalterno-auxiliador se vio en la necesidad de tomar protagonismo. Los primeros ‘olés’ sarcásticos y los primeros pitidos para el de azabache. Sin complicaciones, el ejemplar de la divida lusa careció de raza y resultó soso, y tuvo que acoplarse el mayor de los Fernandes para tirar de él y dejar pasajes notables con las banderillas. Faena pulcra por parte del caballero portuguesa, sin ornamentación excesiva, que finalizó de dos medios rejonazos nada efectivos.

El segundo de su lote, castaño, salió en otra línea. Mejor hecho, sin ser ofensivo. De comportamiento noble y sin casta, el rejoneador tuvo que pisar terrenos comprometidos para provocar su embestida. Rui Fernandes anduvo centrado en el embroque y en la colocación para firmar un trasteo meritorio y pasear una oreja al conjunto de su tarde.

Duarte Fernandes, triunfo y percance
Elegante, calmado, sin las prisas que acostumbra la juventud. Duarte Fernandes cuidó la colocación de los rehiletes ante un astado parado y sin tranco. En profesional, el joven portugués dejó una firme y entonada actuación, que remató con tino con los aceros. Una oreja a una promesa que pide más sitio en los carteles.

Mantuvo el interés y las ganas en una decidida puesta en escena con el ejemplar que cerró plaza. Al quiebro y con piruetas se ganó al respetable del coso briquero, al que logró poner en pie. Arriesgó tanto, ajustando la montura, que uno de sus caballos sufrió una cornada en el muslo derecho y el empleado en el último tercio llegó también a ser topado por el burel. La apuesta de Duarte Fernandes fue reconocida por el público con otro apéndice para salir por la Puerta Grande.

FICHA
Plaza de Toros de Cantalejo (Segovia). Segundo festejo de la Feria de la Virgen de la Asunción y San Roque. Conmemoración del 25 aniversario del coso. Dos tercios de entrada. Astados de Manuel Assunção Coimbra, desiguales de presentación y desrazados.
Rui Fernandes, silencio y oreja.
Diego Ventura, dos orejas y rabo y dos orejas.
Duarte Fernandes, oreja y oreja.
