Parafraseo la canción de Luis Eduardo Aute, Más cine por favor, del álbum de 1984 Cuerpo a cuerpo, e iniciamos lo que me atrevo a denominar nuestro cine, cine. El que nos sacó del anonimato y de la censura con unas realizaciones más acordes con lo que se hacía en Europa, sin desconocer las siempre imperativas, pero también rompedoras producciones de Hollywood.
José Luis Borau fue presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España (1994-1999). Como hombre de cine ha ocupado todos los oficios, director, guionista, productor, actor, en los que se divide la industria cinematográfica. Mas su pluma no se para en estas banalidades visuales y su aportación al mundo de la literatura le ha valido el ingreso en la RAE ocupando la silla B, con el discurso “El cine en nuestro lenguaje”. Sin duda, el espectáculo de imagen y sonido que vemos en el patio de butacas de la sala oscura ha incorporado palabras a nuestra lengua castellana. Pero regresemos al origen de estas líneas y congratulémonos con los cincuenta años del estreno de Furtivos (1975), estupenda película dirigida por José Luis Borau en guion conjunto con Manuel Gutiérrez Aragón. Superadas las trabas de la moribunda censura, triunfa en el Festival de San Sebastián obteniendo la Concha de Oro y lo fundamental, la aceptación del público. Segovia capital participa con su presencia en el logro del éxito junto al municipio de Rebollo.
De nuevo Segovia ayuda a José Luis Borau, dejando sus calles y edificios para el rodaje de Niño nadie (1996). El cineasta muestra su atrevimiento y valentía en un filme recurrente, en el que deja ver que no es un bisoño en la realización cinematográfica. Gravitando toda la producción en un atrayente plantel: Rafael Álvarez “El Brujo”, Icíar Bollaín, Adriana Ozores.
Dos películas toman como centro de su producción la finca del Marqués de Quintanar, en el municipio segoviano de Cabañas de Polendos, cuyo palacio tiene sus inicios como fortaleza en el siglo XIV. Las reformas posteriores mantienen la fachada con la restauración del siglo XVII. La primera de ellas es Los desafíos (1969), largometraje compuesto por tres episodios independientes, dos de ellos dirigidos por Claudio Guerín y Víctor Erice, siendo el episodio realizado por José Luis Egea el que a nosotros nos interesa: al ser los toros protagonistas en la filmación, el Marqués de Quintanar pone a su disposición la fica con su ganadería sus habitantes, y el episodio se resuelve dramáticamente También cede sus paisajes la población de El Espinar.
La segunda, película que toma como escenario Quintanar es Cría Cuervos (1975) de Carlos Saura producida por el inestimable Elías Querejeta. Drama psicológico con fotografía de Teo Escamillas cuenta en sus papeles principales con Ana Torrent y Geraldine Chaplin, y en la que, particularmente, es de lo más oportuno la canción que cierra el film, Porque te vas, de José Luis Perales, interpretada por Jeanette es de lo más oportuno. Se recuerda la película por la canción o la canción por la película. Fue premio del Jurado en el Festival de Cannes de 1976.
No sabemos si por la cercanía a Madrid o porque el paisaje se ajustaba a los guiones, el caso es que a Carlos Saura (1932 / 2023) le gustaba Segovia, y la ciudad y sus pueblos se adecuaban a su inspiración. De la amplía producción, más de cuarenta entre películas y documentales, Segovia le ha servido de escenario en muchas de sus realizaciones. Y nos vamos a quedar con una de las más trágicas en las que él solo interviene como director, me refiero a El 7º día (2004) con guion de Ray Loriga. El rodaje traslada en imágenes el trágico suceso que conmovió a toda España, el asesinato de 9 personas en el pueblo extremeño de Puerto Hurraco, un 9 de agosto de 1990. Hasta El Espinar se trasladó el equipo de producción, con Juan Diego, José Luis Gómez y Victoria Abril como principales intérpretes del reparto.
Reiniciamos, nos volvemos a encontrar, para mí, con uno de los directores más interesantes del panorama cinematográfico español, Manuel Gutiérrez Aragón. Escritor y, como ya mencionamos en el artículo Segovia, Cine y literatura del 13-III-2025 en este mismo periódico, miembro de la RAE. Conocedor de los dos medios y de la importancia que el guion tiene para una afortunada filmación, se encarga de la escritura: “Se trataba de contar mi infancia” y de la dirección de la película Demonios en el jardín (1982). Para un buen número de críticos quizá la mejor de su producción, que cuenta con un plantel de primer orden: Ana Belén, Ángela Molina e Imanol Arias. Al que unimos La Granja de San Ildefonso. Obtuvo, en 1982, la Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián.
Tuve la suerte de saludar a Juan Antonio Bardem en una edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Cuando me crucé con él, yo subía la Bajada de la Libertad, calle de la ciudad, él bajaba. Un apretón de manos y unas simples palabras se archivan en mi recuerdo. Pero lo nuestro es El poder del deseo (1975), con el subtítulo Asesina por mí. El guion de Bardem y Rafael Azcona es la transposición de la novela de género negro Juego Sucio (Joc Brut) de Manuel de Pedrolo. Rodada en Segovia capital, no tuvo mala acogida por parte de la crítica, con un pequeño escándalo por ciertas escenas eróticas de la hasta entonces virginal Pepa Flores (Marisol), cumpliendo reparto con Murray Head. La música a cargo de Pepe Nieto compone una sugerente producción de Juan Antonio Bardem.
Fuera de juego (1991) Fernando Fernán- Gómez. No es, sin duda, la mejor película del polifacético director. Oficio que compagina con la interpretación, sin olvidar su faceta como novelista o creador de obras dramáticas con destino al escenario teatral. Toma como idea un grupo de ancianos dispuestos a lo que sea, incluso a un atraco, para sacar a unos jóvenes futbolista, internados en el hospicio, de su pobre situación. El valioso plantel: José Luis López Vázquez, Fernando Fernán- Gómez, María Asquerino, Manuel Alexandre, Tina Sanz… se divierten obsequiándonos con su profesionalidad lo esencial del cinematógrafo, el entretenimiento. Y para todo este despliegue de hilaridad, Segovia muestra su humor.