El pasado miércoles, la Agencia Tributaria abrió el plazo para la presentación de la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) correspondiente al ejercicio de 2020, un año marcado por la crisis sanitaria donde los ERTE y los perceptores del Ingreso Mínimo Vital (IMV) centrarán la mayor parte de las dudas que este año suscitará la gestión de este documento.
Las previsiones de la Agencia Tributaria con respecto a la provincia en la campaña de Renta son el fiel reflejo de una situación en la que la crisis económica también se dejará sentir en la recaudación de los impuestos. Así, indican que las oficinas de la AEAT en Segovia recibirán un total de 79.674 declaraciones, lo que supone un aumento del 0,7 por ciento con respecto al ejercicio de 2019, de las que 67. 693 son individuales y 11.981 conjuntas. En este apartado destaca el notable descenso en la presentación de declaraciones conjuntas, que caen un 7,8 por ciento, mientras que crece un 2,4 por ciento las individuales.
Del volumen total previsto por la Agencia Tributaria en Segovia, las que resultarán positivas serán un total de 19.993, un 4,7 por ciento más que el pasado año, mientras que las devoluciones serán 54.643, que se reducen un 2,9 por ciento en relación con el ejercicio de 2019. Las declaraciones negativas crecen exponencialmente un 35,7 por ciento, pasando de las 3.713 de 2019 a 5.038 las que se prevén para 2020.
Estas cifras suponen un leve incremento en los ingresos previstos en la provincia de un 2%, donde la AEAT recaudará 32 millones de euros, mientras que los contribuyentes verán que devoluciones pasarán de los 40 millones a los 38 de este año, lo que supone un saldo negativo de seis millones.
Las previsiones de campaña vienen claramente condicionadas por el aumento de obligados a declarar como consecuencia de los ERTEs (más declaraciones previsiblemente a ingresar) y por la obligatoriedad de presentar declaración para todos los perceptores del Ingreso Mínimo Vital (un 26,9% más de declaraciones con resultado cero –ni a ingresar, ni a devolver–, dado que el IMV es renta exenta y se trata de perceptores con rentas bajas).
Sin el efecto de ambos colectivos, el número de declaraciones descendería ligeramente con respecto al año anterior, al igual que las declaraciones con saldo a ingresar, debido al efecto que ha tenido la paralización de actividad por la pandemia en las rentas derivadas de actividades económicas, las del capital y las ganancias patrimoniales derivadas de transmisiones de inmuebles.
Pensando especialmente en la necesidad de ayuda que puedan tener ambos colectivos, la Agencia ha diseñado un refuerzo de la asistencia personalizada en esta campaña, tanto para la resolución de dudas, como para la confección, en su caso, de la declaración. Adicionalmente, se están enviando cartas informativas a perceptores de prestaciones por ERTEs que pasen a ser nuevos declarantes y a solicitantes del IMV, con instrucciones para la presentación de la declaración.
Previamente, y con motivo de la puesta a disposición de los datos fiscales, el pasado 24 de marzo, la Agencia Tributaria ya ofreció en su página web una serie de recomendaciones para estos contribuyentes.
La campaña también cuenta con mejoras que facilitan la presentación de la declaración a contribuyentes con actividades económicas en régimen de estimación directa y objetiva, arrendadores e inversores.
