El Teatro de El Espinar ya es una realidad. Después de 22 meses de obras, el telón se levantará mañana, 24 de marzo, en una gala inaugural diseñada por profesionales que contará con la participación de artistas de los cuatro núcleos de población del municipio.
“El Espinar requería un espacio escénico de este tipo”, señalaba ayer su alcalde, David Rubio (PSOE), recordando que desde que cerró el cine Imperial, en 1987, el municipio adolecía de una sala de espectáculos. “Ahora, hemos conseguido cubrir esa necesidad”, añadía el regidor espinariego, ufano al ver, en la recta final de la legislatura, como uno de sus proyectos principales llega a colmo.
El Teatro de El Espinar, situado en la calle Ramón y Cajal (junto a la Plaza de Toros y el Polideportivo) llama la atención por sus grandes dimensiones. La superficie total construida asciende a 1.246 metros cuadrados, divididos en cuatro volúmenes.
Los arquitectos de la obra, Francisco de Borja Díez y Carlos Martín, “jugaron” en su proyecto con el cuatro, el número de los núcleos de población de El Espinar, el de los (principales) materiales utilizados en las instalaciones [hormigón, hierro, granito y madera] o el de los volúmenes del nuevo auditorio. “Incluso el logotipo del Teatro utiliza cuatro elementos, todos ellos círculos”, advirtió Díez.
Desde el exterior, el Teatro de El Espinar presenta un aspecto sencillo y compacto. A la parcela, que cuenta con un cierre de cristal, el público accederá después de pasar por la taquilla, situada en un pequeño edificio, independiente. Al auditorio en sí se entra por un amplio hall, de 115 metros cuadrados, desde donde el público pasará al espectacular patio de butacas, con capacidad para albergar medio millar de personas. Una de las innovaciones de este auditorio es la de haber sido diseñado de tal forma que en los actos con menor público únicamente sea necesario utilizar la mitad del patio de butacas. De acuerdo a la normativa vigente, el patio de butacas tiene reservadas plazas para discapacitados. En cuanto al escenario, tiene una superficie de 160 metros cuadrados, con una boca de 11,65 metros.
Carlos Abad, que ejercerá la dirección del auditorio de forma interina, hasta la constitución de la próxima corporación (mediados del mes de junio), dio ayer a conocer las características del escenario, cuyas grandes dimensiones lo facultan para acoger espectáculos de prácticamente todas las disciplinas artísticas, desde la danza al teatro, pasando por el cine o la música, incluso de formaciones con un elevado número de componentes. “Es un escenario multifuncional, y con todos los mecanismos automatizados”, resumió Abad.
El auditorio está dotado con la última tecnología. Su pantalla de cine mide 9 metros de largo y 5 de ancho, medidas ligeramente inferiores a las de las principales salas de cine de la Gran Vía madrileña. En cuanto a seguridad, posee un “telón cortafuegos” de acero (su peso es de 4.000 kilos), que divide herméticamente, en 35 segundos, el escenario del patio de butacas.
Los cinco camerinos del Teatro de El Espinar suman 36 puestos de maquillaje, si bien ese aforo “podría triplicarse”, estimó Abad. Finalmente, en la parte trasera del escenario se sitúa un muelle de carga, con espacio suficiente para el estacionamiento de camiones.
Futuro
Tras la visita por las instalaciones, el alcalde de El Espinar insistió en que el auditorio “debe servir como revulsivo económico para nuestro pueblo”, defendiendo que el objetivo a corto plazo es elaborar una programación atractiva para atraer público madrileño.
Si las previsiones de Rubio se cumplen, el auditorio ofrecerá espectáculos todos los viernes, sábados y domingos de los meses cálidos, restringiendo su actividad en los meses fríos, durante los cuales se llevarán a cabo labores de mantenimiento. “Lo que tenemos claro es que queremos una programación de primer nivel”, declaró Rubio, que avanzó que el auditorio optará a entrar en las principales redes de teatros nacionales.
Sobre los gastos que generará el auditorio a las arcas municipales, Rubio mostró su esperanza en que “se autofinancie”. Y hablando de economía, el regidor agradeció al Gobierno de España “su importante aportación” en el proyecto. El Teatro de El Espinar ha tenido un coste cercano a 2,8 millones de euros, de los que algo más de dos han sido aportados por el Estado, en dos anualidades, a costa del Plan E. Para completar el presupuesto, el Ayuntamiento realizó una aportación de 500.000 euros, a las que se unieron otras del Ministerio de Cultural, de 275.000 euros, para la adecuación escénica, y de Caja Segovia, de 30.000 euros.
Aunque, de momento, el auditorio lleva el nombre del municipio, el regidor espinariego reveló su deseo de que finalmente pase a denominarse “Gonzalo Menéndez Pidal”, en honor al intelectual, residente en El Espinar durante gran parte de su vida. “Su familia ya ha dado el visto bueno a esta idea, así que el Ayuntamiento ha empezado la tramitación para conseguir esa meta”, dijo Rubio.