El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, insistió ayer en la necesidad de que el Gobierno griego introduzca reformas —recortes— si quiere alcanzar un acuerdo con los acreedores internacionales.
“Nuestra política de estabilización ha funcionado en los últimos años en países europeos en los que ha habido reformas, no solo acordes, sino también aplicadas”, afirmó Schaeuble en referencia a países como Irlanda, Portugal, Chipre o España. Para el ministro Schaeuble, esto también podría tener cabida en Grecia “mientras se lleven a cabo las reformas”.
El ministro aprovechó además para lanzar una advertencia sobre una eventual relajación de la normativa europea. “Si no podemos confiar en lo que hemos acordado, entonces no puede aumentar la confianza en Europa”, afirmó desde Rasdorf, donde fue premiado por sus servicios en pro de la unidad de Alemania y Europa.
Mientras, desde la Unión Social Cristiana (CSU), partido hermano para Baviera de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel, el diputado Hans Michelbach pidió más mano dura con Grecia y aseguró que no hay opciones de acuerdo durante la cumbre extraordinaria de la UE prevista para este lunes.
Michelbach criticó “los compromisos políticos perezosos” y las dilaciones en las negociaciones con Grecia. Así, rechazó prorrogar el actual programa de rescate. “Si la UE permite al Gobienro de Atenas salirse con la suya tras su intransigencia, ya podemos enterrar el euro”.
“O Grecia se declara dispuesta a una solución viable o el país debe dejar el euro. La eurozona puede asumir las consecuencias de una salida de Grecia del euro”, apostilló.
El político democristiano pidió además que se paralice de inmediato el crédito de emergencia del Banco Central Europeo en represalia por el incumplimiento de los acuerdos suscritos por Atenas.
Otro dirigente de la CSU, Hans-Peter Friedrich, denunció que es un “espectáculo indecente” cómo “los 27 países de la UE dejan que Tsipras les lleve de un lado a otro de la nariz”.