El histórico cabecilla de ETA Santiago Arróspide Sarasola, alias ‘Santi Potros’, aprovechó su presencia en el juicio que la Audiencia Nacional celebra contra él por atentar contra una patrulla de la Guardia Civil en abril de 1987 para volver a solicitar su puesta en libertad.
El que fuera jefe de comandos de la banda terrorista, que se enfrenta a una petición de 94 años de cárcel por parte de la Fiscalía y de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), ya hizo este alegato el pasado mayo durante el juicio por el atentado frustrado del ex fiscal general del Estado Luis Antonio Burón Barba, por el que resultó condenado a 17 años de prisión. “Pido mi libertad y no voy a declarar”, dijo entonces.
Potros, que estuvo defendido por el diputado de Amaiur Iker Urbina, reiteró ayer que debería estar en libertad y se negó a responder a las preguntas de la fiscal Ana Noé y de la abogada de la AVT, Carmen Ladrón de Guevara.
El etarra arrepentido Caride Simón, acogido a la ‘vía Nanclares’ y condenado por estos hechos, reconoció que se comunicaba a través de notas manuscritas con la dirección de Francia, aunque evitó incriminar directamente a ‘Santi Potros’ como el responsable de las órdenes de atentar contra las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Sin declarar
El etarra Domingo Troitiño, a quien se aplicó la ‘doctrina Parot’, y la etarra Mercedes Ernaga dijeron no recordar quién fue el mando que ordenó el atentado del 2 de abril de 1987, que causó la muerte de un hombre que se encontraba en ese momento en el interior de una cabina telefónica y heridas de gravedad a dos guardias civiles. La AVT solicitó la declaración de Caride Simon y Troitiño como testigos y, por tanto, con obligación de decir la verdad y colaborar con la Justicia.
El juicio se reanudará el próximo 16 de julio tras haber sido suspendido en el día de ayer a la espera de que comparezca un gendarme francés que intervino en la documentación incautada en el momento de la detención de ‘Santi Potros’.
La Fiscalía y la AVT acusan al etarra, condenado por idear el atentado de Hipercor que costó la vida a 21 personas en 1987, de un delito de asesinato consumado, dos de intento de asesinato y uno de estragos terroristas que conllevarían una pena de 94 años .