Señora directora:
Hace unos días el Ayuntamiento de Segovia decidió prohibir el patín eléctrico en la ciudad, en cuanto vi la noticia llamé a la policía local para que me indicara por dónde podía circular con mi patín, ya que desde hace aproximadamente un mes soy usuaria de este nuevo medio de transporte, y me dijeron que únicamente por carril bici, especificándome a continuación que en Segovia sólo contamos con la avenida Padre Claret adaptada para bicicletas.
Hay varias cosas con las que no estoy de acuerdo, la primera es por supuesto el hecho de que Segovia no tenga ningún tipo de adaptación de sus vías para los ciclistas, lo segundo es el hecho de que las bicicletas puedan circular, además de por esa calle con carril bici, por el resto de la ciudad y nosotros no. Yo no veo dónde está la diferencia entre este medio de transporte y el patinete eléctrico, ya que el espacio que ocupan en la carretera va a ser similar, y la velocidad a la que circulen también.
Esto no era un problema en Segovia, y sin embargo se han dedicado a «solucionarlo” apresuradamente. Creo (y de hecho he tenido la clara prueba en este mes siendo usuaria de este medio de transporte) que Segovia es una ciudad donde es mucho más fácil adaptar estos nuevos medios de transporte no contaminantes que otras grandes ciudades como Madrid. Sin ir más lejos, yo misma con la bicicleta nunca me he atrevido a circular por Madrid, mientras que en Segovia jamás me he sentido insegura con ella. Por supuesto no me he atrevido tampoco a utilizarlo por la calzada en Madrid, mientras que en Segovia no veo inconveniente alguno.
Soy plenamente consciente de que cuando aparecen nuevas tecnologías es necesario regularlas, pero nunca prohibirlas si aportan puntos positivos a la comunidad.
En mi caso, soy una persona que siempre ha presumido de mi ciudad, de Segovia. Tuve que salir fuera a estudiar durante varios años, cuando volví, me di cuenta de que tampoco encontraría un puesto de trabajo acorde con mis estudios, y he tenido que irme de nuevo, pero Segovia ha podido con todo esto y he acabado volviendo y viajando cada día a Madrid para trabajar, como hacemos una gran porcentaje de segovianos que nos negamos a abandonar esta ciudad.
El patín fue mi solución para viajar cada día hasta la estación del AVE, me he gastado 400 euros con el fin de no contaminar, no contribuir al colapso de tráfico que se produce cada vez que un AVE llega a la estación, y no tener que perder más tiempo aún en el transporte cada vez que el AVE se retrasa y el autobús urbano se marcha vacío.
Me gustaría que el Ayuntamiento se planteara de nuevo cómo quiere que evolucione nuestra ciudad, y que confiara un poco más en el sentido común de los segovianos y segovianas antes de prohibir algo.